- 5 de las ciudades más violentas del mundo están en México
- Para empresas y hogares, los costos son elevados y los recursos para la seguridad, no están a la altura de las necesidades
Clase Turista
El sector privado del país alertó que la inseguridad en México son factores que inhiben la inversión y el crecimiento económico, y aunque las autoridades insisten en que hay avances en materia de seguridad, aún está lejos de un verdadero control de la situación.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado subraya que las tendencias del crimen en México son globalmente notorias, no sólo porque 5 de las ciudades más violentas del mundo se encuentran en nuestro país, sino también porque los recursos del erario asignados a la seguridad no han estado a la altura de las necesidades.
Los empresarios del país urgieron al gobierno federal el diseño y aplicación de una estrategia nacional efectiva e integral que contemple una mejora del sistema de seguridad pública.
Para el CEESP “la condición necesaria para que se recupere la economía es la reactivación de la inversión, en especial la privada, que es el principal motor del crecimiento. Sin embargo, en lo que va de este sexenio la inversión muestra una clara tendencia a la baja”.
Apunta que “el abatimiento de la inseguridad es, sin duda, uno de los mayores desafíos para el país en el futuro y quizá el más difícil”, porque en años recientes esos problemas se han consolidado.
Y agrega “Los elevados niveles de violencia, el fortalecimiento del crimen organizado, la extorsión y la impunidad que prevalece en el sistema de justicia son problemas que atentan contra la paz, la estabilidad y el bienestar de la sociedad”.
Admite el sector privado que aunque las cifras en esa materia muestran algunos resultados favorables, es sólo en el margen, porque la autoridad “aún está lejos de un verdadero control de la situación”.
En su más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) para el primer trimestre del presente año, el INEGI señala que el 61.9% de la población mayor de 18 años consideró inseguro vivir en su ciudad, lo que representa el mayor porcentaje desde el reportado en septiembre de 2023 (61.4%). Casi dos terceras partes de la población adulta se siente insegura, lo que no puede considerarse como una mejora importante.
“Con base en resultados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se aprecia que en lo que va de este sexenio hasta abril de este año, el total de delitos en el país creció 27.2% respecto al mismo lapso del sexenio previo. En ese mismo lapso, los homicidios dolosos muestran un aumento de 2.3%, los casos de acosos sexual 218% y los de extorsión 52.5%”, resalta el CEESP.
Y puntualiza: “Las tendencias del crimen en México son globalmente notorias. De acuerdo con el reporte del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia, en el ranking 2025, cinco de las ciudades más violentas del mundo se encuentran en México. Es claro que la inseguridad tiene elevados costos, tanto para las empresas como para los hogares”.
El organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) precisa: “Aunque se dice que a algunas empresas interesadas en invertir en México no las ahuyenta la inseguridad pública ya que consideran estar preparadas para ello, debido a sus operaciones internacionales en lugares donde el problema es similar, lo atractivo que representa el nearshoring también puede compensar en parte la preocupación por la inseguridad”.
El Índice de Paz México (IPM), elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), muestra que en 2024 este indicador tuvo una modesta mejora de 0.7%, como resultado de una mejor situación en tres de los cinco indicadores que integran el índice de paz, y un deterioro en los dos restantes. Sin embargo, en materia de paz 24 entidades del país se han deteriorado desde 2015, mientras que ocho entidades han mejorado.
Asimismo, se indica que en los últimos diez años la tasa nacional de homicidios ha aumentado un 55%, en tanto que la tasa nacional de delitos con violencia se elevó 14% desde 2015.
Mientras tanto, los recursos del erario asignados a la seguridad no han estado a la altura de las necesidades.
Con base en las cifras de la Secretaría de Hacienda, el gasto destinado a Asuntos de Orden Público y de Seguridad Interior solo representa el 0.2% y muestra una clara tendencia a la baja en los últimos diez años. Si esto no se revierte, será imposible abatir los niveles de inseguridad.