- La situación financiera del sector público es una preocupación importante: CEESP
- Por Gerardo Flores Ledesma
Clase Turista
El sector privado del país subrayó que México vive un aumento en la incertidumbre, al tiempo que se reducen los índices de confianza empresarial.
El Centro de Estudios Económicos de Sector Privado (CEESP) aseguró que la situación financiera del sector público es una preocupación importante, ya que el país requiere un mayor ritmo de crecimiento de manera sostenida con el objetivo de mejorar el bienestar de la población.
En su más reciente análisis, el organismo empresarial resalta que “es imperativo generar un ambiente propicio para la inversión para elevar los niveles de crecimiento del país”.
El aumento de la incertidumbre y la caída en los índices de confianza empresarial, destaca el CEESP, se deben a la desaceleración en la evolución de la economía, un posible estancamiento de la economía de EU y los posibles efectos de su política arancelaria.
Sin embargo, “la mayor preocupación se centra en los efectos que pueda tener la reforma judicial, sobre todo tras el gran abstencionismo que marcó la elección del poder judicial 2025”, añade.
Se aclara que las expectativas siguen con ajustes a la baja, como lo hizo recientemente el Banco de México cuyo pronóstico de crecimiento se ubicó en solo 0.1% para este año, medio punto porcentual por debajo de su estimación previa.
Se afirma que la preocupación crece cuando la perspectiva de menor dinamismo económico se extiende al siguiente año, para el cual este organismo anticipa un crecimiento de 0.9%, la mitad de su previsión anterior.
La visión de los expertos que participan en la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado que elabora el Banco de México apunta en la misma dirección, toda vez que en los resultados más recientes de esta encuesta el pronóstico promedio de crecimiento para este año se ubicó en sólo 0.08%, prácticamente un nulo avance. Para 2026 el pronóstico se ubicó en 1.36%, el porcentaje más bajo desde que se inició su sondeo.
De acuerdo con los especialistas del sector privado, la preocupación se centra principalmente sobre tres factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica. En primer lugar, una política proteccionista de comercio exterior, como consecuencia de las acciones arancelarias de los Estados Unidos. Segundo: problemas de inseguridad pública, que podrían estar reflejando los crecientes enfrentamientos entre grupos delincuenciales y los atentados a la clase política, que van en aumento. Tercero: incertidumbre sobre la situación económica interna, sobre todo por la debilidad de los principales indicadores económicos.
En este contexto, la evolución del empleo se debilita cada vez más. Las cifras del IMSS señalan que en mayo el total de trabajadores registrados al IMSS sumó 22,372,044, cifra que significó una disminución de 45,624 registros en comparación con abril, con lo que acumuló dos meses consecutivos a la baja. Respecto al mismo mes del año pasado, el total de registros aumentó en 23,045, lo que en términos relativos significó un incremento de solo 0.1%, su menor avance desde abril del 2021.
La situación financiera del sector público sigue siendo una preocupación importante. Aunque sus resultados recientes muestran un comportamiento que podría estar en línea con la consolidación fiscal que se busca para el año, persisten cuestiones que continúan ameritando atención.
De acuerdo con los resultados de la Secretaría de Hacienda, en el periodo enero-abril del presente año los ingresos totales del sector público aumentaron 6.5% real, respecto al mismo lapso del año pasado.
Si bien es un buen resultado, es importante considerar que en el periodo enero-marzo los ingresos habían aumentado 11.0%, lo que implica que tan solo en abril estos disminuyeron 4.7%, resaltando la baja de 17.1% en la recaudación por concepto del impuesto sobre la renta (ISR) y la disminución de 2.6% en la del impuesto al valor agregado (IVA), en un mes que se caracteriza por una mayor recaudación debido al periodo de la presentación anual de la declaración de impuestos de personas físicas.
Esto podría estar reflejando los efectos del debilitamiento de la actividad económica y la cautela del consumo, así como el deterioro del mercado laboral.
Por su parte, en el periodo enero-abril el gasto público muestra una disminución anual de 3.7%, comportamiento que, si bien puede contribuir para cumplir el objetivo de reducir el déficit, también puede tener una incidencia negativa en el crecimiento.
Agrega que en este contexto se aprecia que en los cuatro primeros meses del año la inversión física del sector público se contrajo 19.0% en comparación con el mismo lapso del año pasado, aunque se debe reconocer que el año pasado la inversión se elevó para concluir los proyectos insignia de la administración anterior.
La evolución del gasto parece comenzar a incidir negativamente en rubros relacionados con el bienestar de los hogares. De acuerdo con su clasificación funcional, es decir, hacia donde se canalizan los recursos públicos, se observa que en el primer cuatrimestre del año el gasto en desarrollo social disminuyó 7.1%, dentro del cual resalta la caída de 35.2% en el gasto destinado a protección ambiental; así como las bajas de 8.4% en el gasto en educación, de 7.9% en el de salud, de 6.1% en el de protección social, y de 5.8% en el de vivienda y servicios a la comunidad.
Recuerda el CEESP que el informe de la Secretaría de Hacienda muestra que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRSP), que es el concepto más amplio de deuda, en abril sumó 17,527,683 millones de pesos, cifra que tan solo en 12 meses, es decir, de abril del 2024 a abril de este año, aumentó en 2,130,598 millones.
El país requiere de un mayor ritmo de crecimiento de manera sostenida con el objetivo de mejorar el bienestar de la población. Ese debe ser el compromiso puntual del gobierno. Por lo anterior, es esencial iniciar la instrumentación de una política económica que otorgue incentivos a la formación de capital humano y físico, a la inversión en innovación y tecnología y sobre todo a consolidar un Estado de derecho confiable y funcional.
Si no hay certidumbre en el marco jurídico en el que operan los inversionistas, es decir, estabilidad en las reglas del juego, los niveles de inversión en México continuarán siendo insuficientes. Es imperativo generar un ambiente propicio para la inversión para elevar los niveles de crecimiento del país.