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18 marzo,2025

El dominio de la izquierda en América Latina (primera parte)

  • Por María Manuela de la Rosa Aguilar

Clase Turista

América Latina, mayoritariamente hispana, ha sido por siglos el continente deseado de las potencias, por sus riquezas naturales, su potencial económico, su legado histórico, sus yacimientos arqueológicos, pero también por su valor estratégico y político, siendo apéndice de la gran potencia mundial de los Estados Unidos por más de dos siglos y ahora, botín apetecible para las otras potencias, sobre todo para China y Rusia. China que ya ha logrado permear al mundo con su estrategia económica, pero no olvidemos a los imperios emergentes como Irán y la India, que han ido tomando posiciones cada vez más relevantes en la geopolítica mundial. La India gracias a su notable crecimiento económico y militar; Irán por su importancia estratégica y su creciente poderío militar, que ha estado compartiendo destino con Rusia y China como aliado; pero, además, extendiendo su influencia en América Latina, como ya hemos advertido antes, porque no se conforma con su presencia en África, sino que busca imponer su visión del otro lado del océano.

Y en este contexto la izquierda marca el rumbo de las naciones. Si bien en un principio ha prevalecido como baluarte ideológico únicamente Cuba, la semilla de su ideología ha logrado permear profundamente en América Latina, aprovechando coyunturas que le han favorecido como: las diversas crisis económicas  que ha sufrido la región, la mala gestión gubernamental, la creciente corrupción, la pérdida del poder adquisitivo, la falta de oportunidades, un sistema educativo cada vez más deficiente, la crisis de inseguridad, etc., pero además, la militancia cada vez más activa de los grupos de izquierda, cuyos postulados de radicalización y división por medio del odio social, han logrado posicionarse y apoderarse prácticamente  de países enteros, para, en su momento, consolidar gobiernos totalitarios y dictaduras “socialistas”, que han demostrado claramente que no buscan el bien común, sino únicamente el poder, para no dejarlo jamás, manteniendo al pueblo oprimido, pobre y en medio de un clima de violencia cada vez más insostenible.

Y aunque hay variantes en este tipo de gobiernos, vemos como América Latina va poco a poco cediendo ante gobiernos de izquierda, con sus diversos matices, una izquierda aparentemente renovada en Chile; con tintes más tradicionales en Colombia, Brasil, Perú, Honduras y Bolivia; netamente populista en México;  y a lo que todos aspiran, el sistema dictatorial que se torna  hereditario como es en Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde han logrado perpetuarse, sin que hasta hora los pueblos tengan esperanza de un cambio.

Chile

Donde gobierna Gabriel Boric, el presidente más joven de la historia de ese país, perteneciente a una coalición de partidos denominado Pacto Apruebo Dignidad, que lo llevó al poder después de protestas masivas y disturbios originados por las paupérrimas condiciones de la población que exigía mejores pensiones, una educación de mejor nivel y condiciones laborales adecuadas que permitieran una vida digna a la población. Boric, si bien no ha logrado cumplir todas las expectativas de sus votantes, al menos ha mantenido una relativa estabilidad que permitirá un mayor crecimiento de Chile, anteriormente reconocido por su alto nivel educativo.

Este presidente fue un líder estudiantil que surgió de las filas de la izquierda y cobró notoriedad por la coyuntura política del país, aunque no logró una gran mayoría, el triunfo le favoreció en unas elecciones polarizadas por las diferencias políticas, donde el movimiento estudiantil cobró tal relevancia que derrocó a la derecha, nulificando prácticamente a los partidos tradicionales.

Colombia

El presidente Gustavo Petro termina su gestión el próximo 2026 y es el primer mandatario de izquierda en la historia de Colombia que logró la presidencia después de tres intentos, superando al derechista Iván Duque, por su propuesta de la repartición de tierras supuestamente improductivas en manos de terratenientes, para donarlas a los pobres. Si lo vemos desde un punto de vista legal, un despojo a los dueños legítimos para ganar adeptos de las mayorías. Nada raro si consideramos que Petro fue guerrillero del M-19, pero además alcalde de Bogotá. Sobra decir que Colombia ha sido por décadas el reino de la violencia guerrillera,  del narcotráfico y los altos niveles de corrupción han sido la constante de ese país, por otro lado, dotado de grandes riquezas naturales, con un pueblo que se ha distinguido por hablar el mejor castellano de América y ser la capital de las esmeraldas.

Sin embargo, este gobierno de izquierda, de raíces profundamente violentas, con una vicepresidenta “ambientalista y feminista” afroamericana, Francia Elena Márquez Mina, dentro de un ambiente de gran polarización, con una población sensibilizada y polarizada, que difícilmente volverá a tener una alternancia política, porque la izquierda no da concesiones.

Brasil

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva llega por tercera ocasión a la presidencia, incluso después de haber sido procesado y declarado culpable de corrupción, su regreso fue ampliamente aceptado por los brasileños. Y hay que mencionar que durante sus dos primeras gestiones fue ampliamente reconocido  por el éxito económico de su país, logrando sacar de la pobreza extrema a 30 millones de personas, logro que en buena medida se debe a que se hizo acompañar de un conocedor de las finanzas, el presidente del BankBoston USA, Henrique Meirelles, para dirigir el Banco Central do Brasil. Meirelles, identificado con la política económica tradicional de la derecha y los grandes capitales. Por eso no fue raro que durante su gobierno  hubo una baja de la inflación y un alza significativa del PIB, las cuentas bancarias rondaban en los 70’000, 000, que ocho años después aumetarían a 115’000, 000, en donde se incluyeron a 26’000,000 de jubilados. Lula da Silva fortaleció el mercado interno, aumentando los salarios, diversificando los créditos, y dando  facilidades para que la gente pudiera acceder a ellos, mejorando su nivel de vida. Un éxito que sólo la historia podrá decir si continúa, puesto que por el momento el presidente brasileño se ocupa de incidir en la política internacional, ya que ha dicho “Brasil ha vuelto”, lo que indica que desea proyectar a su país en el ámbito externo.

Perú

La presidente de Perú, Dina Boluarte sucedió a Pedro Castillo, luego de que este intentara un autogolpe de Estado y fue destituido por el delito de rebelión pr quebrantar el orden constitucional en su intento de disolver el Congreso. Cabe destacar que Dina Boluarte era la vicepresidenta y rompió lazos con Castillo, siendo nombrada presidente interina debido a su cargo, siendo reconocida por los demás países, como Brasil, Chile, Estados Unidos, España, aunque Castillo tuvo el apoyo incondicional de líderes de izquierda como como Andrés Manuel López Obrador de MéxicoGustavo Petro de ColombiaAlberto Fernández de Argentina y Luis Arce de Bolivia, quienes consideraron  que el gobierno de Boluarte fue un golpe de la derecha.

Dina Boluarte tuvo que enfrenar diversas protestas convocadas por diversas  organizaciones sociales de izquierda afines a Pedro Castillo, principalmente sindicales, indígenas, estudiantiles y  campesinas. Desde entonces la situación de violencia fue en aumento, obligando a la presidente a declarar el estado de emergencia en algunos distritos. Y a esto siguió la huelga nacional de profesores convocada por la Federación Nacional de Docentes Universitarios del Perú (FENDUP) y recibió el apoyo de la Asociación de Universidades Nacionales del Perú (AUNAP), que al final lograron un aumento de salario. Luego siguió el paro de transportistas para protestar contra las extorsiones que sufren los conductores de diversos medios de transporte, que han causado la muerte de más de 22 personas. En respuesta, el Gobierno decretó el estado de emergencia durante 60 días en 11 distritos de Lima Metropolitana y en el distrito de Ventanilla, en el Callao. Asimismo, dispuso el despliegue total de la Policía y las Fuerzas Armadas en los distritos declarados en emergencia por el Gobierno. El gobierno de Perú enfrenta una gran oposición, debido principalmente a una mala gestión en su política económica, la falta de seguridad pública y las condiciones laborales.

Honduras

Bajo la presidencia de Xiomara Castro, esposa del ex presidente  Manuel Celaya, quien fuera derrocado en un golpe de Estado en el 2009. Aunque durante el gobierno de Celaya la corrupción y el aumento de la criminalidad dieron paso a un golpe de Estado, en donde Roberto Micheletti tomó el poder, pero no fue reconocido por ningún gobierno del mundo y se formó una comisión de la verdad para esclarecer los hechos del golpe y se  llega a un acuerdo para resolver a crisis política y llega Porfirio Lobo a la presidencia, quien gobierna del 2010 al 2014 y comienza una depuración policial, pero su gobierno es señalado por corrupción y el desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social y ya desde el inicio de su gobierno, Honduras es considerado el país sin guerra más violento del mundo. Su sucesor, Juan Orlando Hernández, que llega en el 2014, logra reducir la violencia y Honduras deja de ser el país más violento del mundo, por lo que toma este logro para reelegirse, aunque mediante un polémico fallo de la Corte. Y entonces llega a través de las urnas Xiomara Castro, quien ha trabajado en la infraestructura de Honduras, en proveer más plantas de energía, ampliar la cobertura de salud y trabajar en resolver el grave problema endémico de la seguridad. Sin embargo, los retos son enormes debido al rezago social y económico, intensificado por la actividad delictiva que aun no tiene una completa solución

Bolivia

La izquierda boliviana atraviesa una profunda crisis de identidad y liderazgo, aunque el Movimiento al Socialismo (MAS) se ha consolidado como una fuerza política hegemónica en las últimas dos décadas, como toda visión de izquierda no está desprovista de contradicciones, que a la vez forman parte de su formación histórica, como lo es el caudillismo, que es un fenómeno recurrente en el continente, pero también la naturaleza de este enfoque de gobierno, en el que se fomenta por un lado la solidaridad y por el otro la división social, el odio por el éxito y la ambición desmedida del poder por el poder, en donde los postulados de los discursos políticos nada tienen que ver con la práctica de una administración pública voraz, dedicada a la acumulación de capital y bienes, que por cierto Marx tanto critica y es la razón fundamental de sus postulados.

Bolivia vive en medio de protestas por los fraudes electorales, el caso de Evo Morales atrajo todos los reflectores internacionales  en el 2019 y tras mucha presiones tuvo que dimitir, viendo en riesgo su inmenso patrimonio surgido como magia como todos los que logran generar los líderes de izquierda. Estuvo primero  en México como asilado por el gobierno  mexicano de Andrés Manuel López Obrador, luego en Argentina como refugiado durante un año, siendo inhabilitado para postularse en las elecciones de este año 2025, habiendo gobernado durante tres periodos consecutivos. Y aunado a esto, en octubre del año pasado, en el 2024, fue acusado de la violación de una niña de quince años con la que supuestamente procreó una hija, abriéndosele una investigación por trata de personas. Su futuro quedó sellado con esto.

El actual presidente de Bolivia, el economista Luis Arce Catacora, formó parte del gabinete de Morales y es reconocido como el artífice del crecimiento económico de Bolivia, que ahora tiene las riendas del poder, en u gobierno de izquierda, cuya marca define los destinos de un país sumido en la violencia, la corrupción y la tiranía. Aunque tal vez cambie el rumbo con un catedrático universitario.

México

 

Uno de los países más ricos y prósperos se encuentra ahora sumido en la inseguridad, marcado por el crimen organizado, la corrupción y el estigma de ser un narcogobierno, que de manera lapidaria se posiciona como el territorio de las fosas clandestinas, se encuentra en una encrucijada de violencia como nunca en su historia, tomando la estafeta de Honduras de ser tal vez el país sin guerra más violento del mundo, ya que sólo en el gobierno anterior de Andrés Manuel López Obrador las muertes violentas superaron las 200,000 personas, datos oficiales que en realidad pudieran ser el doble o más en realidad. El país que se encuentra entre la 12ª y 14ª economía más grande del planeta, gobernado hoy por una mujer de izquierda, cuya elección se atribuye a la operación del crimen organizado, parece que no va a sufrir grandes cambios, salvo por las presiones del presidente norteamericano que ha exigido se detenga el tráfico de fentanilo hacia los Estados Unidos, de lo contrario los aranceles afectarán a la economía mexicana. Sin embargo, cabe decir, es casi imposible detener el tráfico de drogas hacia el primer consumidor mundial, puesto que en esto, como en cualquier negocio, impera la demanda y si no es uno será otro el que proporcione la mercancía

México, país lleno de riquezas, con una gran biodiversidad, una cultura ancestral, riquezas arqueológicas inmensas, una riqueza cultural excepcional, productor de importantes materias primas, así como con una gran industria diversificada, sumido en la corrupción y la herencia de políticas de izquierda de división, odio y un discurso contrastante con la realidad, que busca perpetuarse como una dinastía dictatorial del odio, del miedo, la impunidad y la ineptitud, donde priva el nepotismo que va hacia la disolución, no sólo de la oposición, sino de la democracia y la división de poderes.

Pero hay más, porque las alianzas estratégicas internacionales juegan un papel importante que veremos más adelante.

 

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