- Las concursantes se embarcaron en un exquisito recorrido por los sabores de Grecia
- Por Alejandra Pérez Bernal
Clase Turista
Veinte elegantes y bellísimas mujeres, representantes de la belleza internacional y concursantes de Miss Universo, hicieron una pausa en su intensa agenda para vivir una noche inolvidable en el aclamado restaurante Ilios, situado en la icónica avenida Masaryk, en la Ciudad de México. En medio de un ambiente chic y lleno de glamour, las concursantes se embarcaron en un exquisito recorrido por los sabores de Grecia, una experiencia culinaria que quedará grabada en sus memorias.
Como el indiscutible templo de la gastronomía griega en México, Ilios recibió a las participantes con una hospitalidad que solo puede describirse como pura elegancia. Desde el momento en que cruzaron sus puertas, cada detalle fue cuidadosamente orquestado para transportar a las invitadas al corazón del Mediterráneo, donde la excelencia gastronómica y la rica cultura griega convergen.
La velada comenzó con una explosión de frescura y sabor: sashimi de atún y una clásica ensalada griega dieron la bienvenida a las comensales, seguidos por un sedoso hummus de betabel amarillo que preparó sus paladares para una noche llena de delicias. A medida que avanzaba la cena, platos emblemáticos como el cordero a las brasas, un filete de salmón perfectamente cocido y la icónica musaka al horno fueron servidos con un toque de sofisticación, mientras los comensales se dejaban envolver por el carisma de cada platillo.
Sin embargo, la magia no solo estaba en la cocina. La noche en Ilios fue una celebración de los sentidos, un viaje cultural completo que fusionó los sabores de la gastronomía griega con las vibrantes actuaciones que sorprendieron y encantaron a las invitadas. Entre risas, brindis y el inconfundible ritmo mediterráneo, la cena se transformó en una auténtica fiesta griega, un homenaje a la cultura que Ilios representa con tanto orgullo.
Para cerrar esta experiencia sublime, los postres hicieron su aparición con el glamour y la dulzura que la ocasión merecía. Un irresistible baklava, una delicada sokolatina y un cheesecake con frutos rojos fueron los perfectos broches de oro para una noche memorable.
Cada bocado, cada detalle y cada instante de esta experiencia reflejaron la esencia de Ilios: un lugar donde la tradición y el refinamiento se encuentran para ofrecer una celebración de la vida, la belleza y el arte culinario. Una noche mágica en la que Ilios brilló, consolidándose como el lugar ideal para una experiencia gastronómica de nivel internacional. Sin duda, una velada para recordar.
