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22 noviembre,2024

Entresemana

  • El argüendero de Palacio y sus hermanitos
  • En memoria de Juan Manuel Pereyra, colega, amigo…
  • Por Moisés Sánchez Limón

 

Clase Turista

 

¡Caray!, como que a Su Alteza Serenísima se le hace bolas el engrudo y su singular estilo de gobernar ha entrado en etapa de crisis de identidad.

 

Y ni cómo echarle la culpa al neoliberalismo.

 

Por dignidad le renunció Tatiana Clouthier Carrillo y que Luz Elena le encuera la cartera. ¿Quién diablos vive con 200 pesos?

 

Y por criticar al honesto y demócrata Mario Delgado Carrillo, que echan del Once y de La Jornada al académico y ultralópezobradosista John Ackerman, a quien, por supuesto, apoyó su esposa Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, expulsada del Paraíso de la 4T.

 

¿La purga de rumbo a la sucesión presidencial para no molestar al carnal Marcelo?

 

¿Recórcholis!

 

Y, en la mañanera de inicio de semana Stephanie Palacios, reportera de la agencia Sputnik lo pepenó con los dedos entre la puerta y puso en un predicamento con aquello de la firma del Acuerdo de Cooperación Espacial para fines pacíficos entre México y la Federación de Rusia, celebrada en septiembre del año pasado. Que involucra a Marcelo.

 

Y es que, el gobierno de Andrés Manuel I mantenía el acuerdo sin hacer ruido hasta que el licenciado Vladimir Putin lo divulgó en aquellas tierras de la Ex URSS, porque lo ratificó el sábado último, dos días después de que el Consejo de la Federación Rusa (la Cámara alta rusa) hiciera lo propio.

 

Stephanie arrinconó a Andrés Manuel I con preguntas que lo incomodaron, porque dicho Acuerdo tiene que ver con espionaje desde las alturas, toda vez que permite que satélites rusos deambulen sobre el espacio sideral mexicano. En serio.

 

Cuestión de recordar que dicho Acuerdo signado con los rusos entraña “cooperación en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre para fines pacíficos” y prevé, en particular, la instalación de sistemas rusos Glonass y un sistema óptico electrónico de prevención de situaciones peligrosas espaciales en México.

 

¿Qué le parece? Como de la guerra de las galaxias. Pero son equipos rusos, rusos, no mexicanos. O sea.

 

Bueno, pues el tema necesariamente, por las condiciones de crisis bélica y del proceso electoral estadunidense en puerta, involucra a Estados Unidos, a Rusia y Ucrania, a Europa y, en fin, tiene largo alcance que orbita en ámbitos de espionaje de defensa en el espacio.

 

¡Claro! El licenciado presidente negó todo y acusó presiones, pero, soberanamente encabronado, de plano cortó:

 

“Entonces, en conclusión, a nosotros que no nos metan en sus asuntos, México tiene una política de neutralidad y lo que queremos es una solución pacífica a esa controversia (Rusia-Ucrania), como lo establece nuestra Constitución”.

 

¿Y?

 

“Y mientras tanto, que no nos metan a nosotros en sus argüendes”, zanjó.

 

Aunque estará usted de acuerdo en que el hacedor de argüendes, el mero-mero, se llama Andrés Manuel y se apellida López Obrador y es dueño, por lo menos hasta septiembre de 2024, de Palacio Nacional.

 

Usted sabe qué es un argüende y un argüendero. Chismes, embustes, falsedades… Mentiras, mentira/ Tú me enamoraste a base de mentiras, mentiras/ Tú me alimentaste siempre de mentiras, mentiras –Lupita D’alessio dixit–. ¿A poco no?

 

No, pos qué le digo. Se trata de la cohorte de la 4T y las ganas de poder y no poder sin poder o lo que es lo mismo cuando se le acaba la fuerza de la mano izquierda y de la derecha y…

 

Por eso, por eso no hay condena en la ONU contra Rusia; por eso. Y aquí, el Senado ni enterado, porque, ¿sabe usted por qué? Porque de la oficina del canciller Marcelo Ebrard Casaubón no ha salido rumbo al Senado de la República el documento del convenio firmado el 28 de septiembre del año pasado.

 

¡Ah!, pero el licenciado presidente se encanijó porque el gobernador de Zacatecas, David Monreal, logró un acuerdo con el embajador Ken Salazar para que la DEA y el FBI le echen la mano con inteligencia policiaca para combatir al crimen organizado.

 

Y desautorizó al gober y tiene razón porque la Constitución es clara en esto de que la firma de convenios con gobiernos extranjeros, es sólo competencia del gobierno federal. Pero…

 

¿Por qué tanta reserva con los rusos?

 

Y luego se quejan de que la prensa no los quiere, que los fifís y chayoteros. Pero, cómo andarán de despistados en la Cancillería que justo el sábado último, 08 de octubre, cuando el licenciado Vladimir Putin ratifica el convenio, la oficina de prensa de la Secretaría de Relaciones Exteriores informó:

 

“Actualmente el Acuerdo se encuentra en proceso de aprobación y no ha entrado en vigor, tanto en México como en Rusia. En este último caso, es necesario el visto bueno del Consejo de la Federación Rusa (Cámara Alta); la firma del presidente de Rusia; y finalmente su publicación oficial. En el caso de México, aún no ha sido enviado al Senado para su análisis y en su caso, ratificación”.

 

¡Ah!, pero además desmiente a los rusos y asegura que “el documento suscrito no contempla acciones relacionadas con el sistema Glonass ni existe previsión de que pudiera ser incluido en un futuro cercano”.

 

¡Recáspita, Batman!

 

Pero, el amanecer de Su Alteza Serenísima no fue agrio, porque en Palacio hubo festejo, con todo y mariachis que le cantaron Las Mañanitas al canciller Ebrard, de plano ya clasificado por el licenciado Andrés Manuel I como su carnal. Junto con la carnala Sheimbaum y el carnal Adán Augusto.

 

–Sonaron los mariachis en la mañana, señor presidente y había…–refirió un asistente a la mañanera, de apellido Fierro.

 

–¿Cómo?—preguntó Su Alteza Serenísima.

 

–Sonaron los mariachis en Palacio en la mañana.

 

–¡Ah! Sí—respondió el licenciado presidente.

 

–¿Había algo especial?

 

–Felicidades, porque cumple años mi hermano Marcelo Ebrard.

 

–¿Hubo pastelito?

 

–Sí, estaba mi otro hermano Adán Augusto y mi hermana Claudia, que viene los lunes.

 

–¿Qué le regaló a Marcelo, presidente?

 

–Entonces, iba a haber pastel.

 

–¿Qué le regaló a Marcelo, presidente?

 

–¿Mande?

 

–¿Qué le regaló a Marcelo?

 

–Ah, afecto, mucho afecto—selló Andrés Manuel I.

 

No lo dijo ni lo dirá, pero desde endenantes ha regalado impunidad al trío, a los carnales y la carnala. He ahí el affaire ruso; he ahí la L12. He ahí la encuerada que les dio la colega Luz Elena, aunque de antemano ya la había descalificado la semana pasada ¿con cash?

 

Aunque, hoy es hoy. Y quién sabe de qué humor amanezca Su Alteza Serenísima. ¿Con ganas de joder a México? Digo.

 

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