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Mexico City
22 noviembre,2024

Se comenta sólo con…

  • Derecho al fracaso
  • Por Carlos Ramos Padilla*
  • @cramospadilla

Clase Turista

En tres ocasiones AMLO ha pretendido dar la campanada internacional para convertirse en líder universal. En las tres ha sido derrotado y va por la cuarta.

Hagamos memoria: En noviembre del 2021 propuso el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, nada pasó, nadie lo siguió. Luego intento desaparecer a la OEA, pero fue abandonado en su iniciativa. El tercero fue el boicot a la Cumbre de las Américas que provocó más problemas a México, no fueron invitados sus defendidos y Estados Unidos no varió su política hacia Cuba. Ahora va por la cuarta caída, la iniciativa de paz mundial, concretándose al conflicto con Ucrania y Rusia que terminará en el registro de las inconsistencias, por decir lo menos.

AMLO, Ebrad y De la Fuente representan, duele decirlo, a un país violento, tóxico para el
mundo y con un gobierno que deja una estela impresionante de muertos, por cierto más que en Ucrania.

Una vez más muestran su incompetencia diplomática y la ausencia del conocimiento real de la guerra. Vamos, se duda incluso de haber “cabildeado” con quienes propone como mediadores.

Es más, AMLO ha sido un durísimo crítico de la ONU y públicamente la ha descalificado por tanto ha faltado a elementos fundamentales como la discreción y respeto a los acuerdos internacionales.

Hasta el momento ninguno de los propuestos por AMLO para intervenir ha declarado públicamente su aceptación como Estados Unidos, la Unión Europea, la OTAN, la India y el Vaticano. He dicho en diferentes ocasiones que la imagen de México se ha debilitado por el nombramiento de inexpertos políticos como embajadores pero más aún, algunos con sospechas de corrupción.

Ninguno cuenta con el expediente necesario para digamos enfrentar a Putin. Digamos que si AMLO no tiene ni los recursos, ni la valentía, ni la información para aclarar el caso de Ayotzinapa, menos lo hará con Ucrania y Rusia.

AMLO no acepta que se ha equivocado en la estrategia de seguridad nacional y pretende definir qué hacer con armamento nuclear en una zona delicadísima de la geopolítica.

El gobierno de AMLO se ha inclinado por favorecer las relaciones con Rusia y ha permitido que su partido satélite el PT encabece homenajes a Putin y su gobierno.

La imparcialidad entonces se rompió. Incluso la muy anunciada cercanía con Nicaragua y Venezuela impiden una fuerza moral mexicana dado que no se ha condenado la llegada de armamento y buques de guerra rusos a esas naciones.

La falta de tacto es exagerada por la serie de calificativos y acusaciones que AMLO lanza a distintos países desde la tribuna de su mañanera, incluyendo al Vaticano.

AMLO no sabe mirar ni proyecta hacia el futuro, su amargura lo obliga hasta recurrir a argumentos desgastados por lo sucedido en la conquista cuando vive en un Palacio construido por los españoles y que desde ese balcón grita «muera el clasismo» en un ánimo de confrontación.

Una vez más, AMLO arrastra el prestigio de México y eso que declara no ser injerencista y señalar que la mejor política exterior es la interior. Pues ni la una ni la otra.

*Conductor del programa VaEnSerio, Mexiquense tv, canal 34.2 (Izzi 135) y mexiquense radio

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