- ¿Nos representan?
- Por CARLOS RAMOS PADILLA
Clase Turista
Lo ocurrido en el recinto de la Asamblea local no solamente es indigno sino reprobable. No es de vergüenza, DAN vergüenza y no nos representan, no se pueden decir ni legisladoras, ni servidoras públicas mucho menos políticas íntegras.
Se llenan la boca hablando de mujeres, señalando que ellas por eso, por mujeres (y algunas madres) portan a perpetuidad la moral.
Son quienes hablan de enseñarnos que con ellas y entre ellas no hay deshonestidad, corrupción y ofensas.
Esa ha sido siempre su narrativa y buscan “empoderarse” sólo por ser mujeres. Ha querido, y ganado, más escaños y no siempre por su talento sino por cuota de género y pocas han demostrado cultura y dignidad.
Vimos a mujeres insultarse, golpearse, arrancarse los cabellos e incluso saltarse curules y balcones para arrancar cables para la transmisión de la sesión y así interrumpirla. Ni en las barriadas más tradicionales, ni en las cantinas, ni en las arenas de lucha libre, ni en las peleas callejeras se ve lo que dentro de un recinto republicano se observó.
El griterío justo abajo del enorme muro que cuida con letras de oro lo más representativo de una República y bajo custodia de la bandera nacional.
Y todo, todo, por nuevamente mutilar, cercenar lo más vital en una democracia: la transparencia y la información. Y lo peor de todo esto es que no hay sanciones, no hay castigos, no hay voluntad de cambiar las cosas. Un triste y deslucido comentario de la presidenta (con a) llamando al diálogo cuando sabe que lo que menos hay en su partido es eso, la intención de razonar y esa historia la conoce bien Sheinbaum cuando presenciaba las asambleas perredistas definiéndose a golpes y majaderías.
Como cuando el PRI lideraba la gobernabilidad de esta ciudad y los izquierdistas se ocupaba de reventar la tranquilidad de los demás con marchas y bloqueos señalando ellos mismos que si no paralizaban la ciudad no tenían éxito y lo lograron más de una ocasión pero la más emblemática cuando AMLO, por su avaricia e patología por el poder, determinó el plantón de Reforma con el apoyo y beneplácito de sus incondicionales, incluyendo a Sheinbaum.
En entrevista le pregunté a Alejandro Encinas sobre la violación a los derechos humanos, el ataque a las vías de tránsito y la merma a la garantía constitucional a la libertad y su respuesta fue: “pueden usar otras calles, nadie se los impide”. Y había voces discordantes y antagónicas como la de Porfirio Muñoz Ledo que siempre se opuso y vimos como al final de sus días murió traicionado pero acusando al Gobierno morenista de narcoestado.
Quieren acabar con la violencia que nos ahoga todos y se comportan por impulsos salvajes que en cualquier hogar merecería una firma corrección y en cualquier trabajo la cancelación inmediata del contrato laboral.
Por qué no ocurre así con los políticos que viven de nuestros impuestos, que nos dicen representar, que estiran la mano para recibir un mal ganado aguinaldo por su ineficiencia, cobardía y falta de respeto?. Que les quede claro, estas políticas (si, con a) no nos representan, no las queremos, no son útiles ni necesarias. Nos llenan de eventos ridículos y de escenas grotescas. Atentan contra los más mínimos principios y valores y rayan en demerito de la nación, de la política, de sus partidos, del recinto y de aquellos que si construyeron un camino donde se entienden personajes que razonan.
Buena fotografía se han ganado estas políticas para decorar el buró de sus hijos, el álbum familiar y su currícula. No lo olvidaremos.
