- Tienes que agregarlo a tu lista de metas antes de que termine el año
Clase Turista
En la geografía emocional del viajero contemporáneo, hay destinos que no solo se visitan: se habitan, se sienten, y se convierten en una experiencia transformadora.
Chacala, aún ajeno a las multitudes, escondido entre selvas tropicales y bañado por las olas tranquilas del Pacífico, emerge como uno de los destinos más encantadores de la Riviera Nayarit, combinando la belleza natural de un destino poco explorado, experiencias auténticas y un enfoque de bienestar integral que lo convierte en el lugar que deberías agregar ya a tu bucket list —antes de que otros lo descubran.

Saborea la historia viva del Pacífico
La travesía comienza en Lalaxtli, un restaurante enclavado en lo que antes fue una antigua armería de la época de la Nao de China.
Hoy, este lugar es un santuario que se ha reinventado como un rincón acogedor entre la jungla y el mar, siendo el primer sorbo de un viaje inolvidable con productos y sabores locales donde el desayuno se convierte en una celebración con vista al mar que prepara los sentidos para lo que viene.
Senderismo al cráter: Un instante de asombro
Acompañado por cantos de aves y brisa salina, una caminata tan mágica como enigmática entre senderos selváticos se convierte en un acto meditativo mientras que llegas al cráter de un volcán dormido que regala una vista privilegiada: La Bahía de Chacala.
Desde la cima, enmarcada por el océano, nos revela su esencia más salvaje y majestuosa que deja sin aliento —no por su dramatismo, sino por su quietud. Es un viaje al centro de la tierra, con vista al mar.
TAO: Lujo regenerativo y arte con sentido
Más allá de lo visual, Chacala también se vive en los detalles. Una parada en el Rancho TAO revela otro rostro de este destino.
Este espacio produce textiles, muebles y alimentos orgánicos que nutren al icónico Hotel Mar de Jade, uno de los proyectos de turismo consciente más admirados del país. TAO es arte, tierra y filosofía viva: una fusión entre tradición, sustentabilidad y belleza tangible.
La creatividad se cultiva como la milpa. No es producción: es propósito.
Apapacho del mar
Frente al mar y sin prisa, el almuerzo se saborea en Chico’s, un restaurante que ha elevado el arte del pescado zarandeado, el aguachile y los ceviches tropicales recién preparados.
La frescura del producto no sólo se siente en el plato, sino en el alma del lugar. La calidez del servicio hace de esta experiencia culinaria una celebración de sabor y su ingrediente principal.

Mar de Jade
Hospedarse en Mar de Jade es entrar a otro ritmo. El sonido del oleaje, los senderos de piedra, los huertos como parte del paisaje, las hamacas en sombra natural y las habitaciones frente al mar con la arquitectura integrada en el entorno, completan el refugio ideal para descansar y reconectar.
Pero más allá del confort, es aquí donde Chacala revela su corazón. Fundado con el deseo de sanar y nutrir, este hotel opera con principios de sustentabilidad profunda transformando el turismo en un acto consciente.
Con huerto propio, talleres artesanales, escuela comunitaria y empleos para pobladores de zonas aledañas, Mar de Jade encarna el verdadero significado del lujo regenerativo, representa una nueva forma de viajar —más consciente, más conectada, más humana. Aquí, el lujo tiene conciencia, más que un hospedaje: es un proyecto humanitario.
Las experiencias holísticas y su visión humana lo convierten en un referente de bienestar descubriendo que no tiene que ser superficial, que el verdadero lujo es generar un impacto positivo, conexión real y respeto por la tierra.

Bioluminiscencia: estrellas en los pies
Al anochecer, la playa se convierte en escenario de un fenómeno casi onírico. La bioluminiscencia, ese fenómeno etéreo provocado por microorganismos marinos que transforman cada paso en luz.
Caminar por la orilla es ver el mar encenderse, chispear, hablar. Una experiencia sensorial hipnótica: basta caminar o sumergir las manos para ver cómo el agua chispea en azul eléctrico. Es naturaleza en su estado más íntimo, más inexplicable y mágico. Como si las estrellas hubieran decidido flotar, por unas horas, sobre el océano.
Rituales de bienestar, raíces profundas
Una mañana ideal comienza con un temazcal ancestral entorno a una ceremonia purificadora bajo el vapor de hierbas curativas que honra las tradiciones indígenas, conecta con lo esencial y purifica cuerpo y mente. Seguido de un desayuno 100% orgánico servido del huerto de Mar de Jade.
El resto de la mañana se convierte en refugio al adentrarse en el spa con un masaje relajante y una sesión de acupuntura. Más tarde un paseo en la boutique local donde las prendas reflejan la estética natural y sencilla del destino, permitiendo llevar algo más que un souvenir: piezas hechas a mano que capturan la esencia del lugar.
Al caer la tarde, el día culmina con una sesión de yoga frente al mar. El sol baja lentamente, y la sensación es una sola: plenitud.

Chacala: la joya del viajero consciente
Este rincón del Pacífico mexicano no necesita grandes resorts. Su poder está en lo íntimo, en lo lento, en lo real. Es la antítesis del turismo rápido, y la respuesta al viajero que busca más.
Este pequeño gran rincón de la Riviera Nayarit no solo promete paisajes espectaculares y tranquilidad absoluta. Chacala ofrece algo más profundo: una experiencia integral que nutre, inspira y re-conecta.
No es un lugar para tachar en una lista: es un lugar para regresar.

