- ¿MENSAJE?
- CARLOS RAMOS PADILLA
Clase Turista
Para muchos el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, secretaria particular y asesor de la jefa de Gobierno de la CDMX, representa una advertencia del crimen organizado contra Clara Brugada.
El reportero Carlos Jimenez ha documentado que el sicario estuvo “cazando” a ambos personajes desde días atrás en el mismo lugar. Por lo menos hay imágenes del 14 de mayo en que el delincuente no interviene porque José Muñoz no llegó.
Este hecho es un mensaje del crimen que traspasa las fronteras del gobierno capitalino. Es una muestra del nivel de impunidad y de inseguridad en todo el país y como señalé en mi colaboración anterior, ya es la suma de varios intentos de ejecución pública de distintos personajes.
El atentado fallido contra García Harfuch se colocó ya como un permanente aviso.
Pero las detonaciones ocurren a lo largo de la República. Casi de manera simultánea se vivió la masacre de siete jóvenes en San Felipe, Guanajuato, caso que pasó casi inadvertido por el espectáculo mediático de Morena para con sus militantes acribillados.
De nada sirven las “cápsulas informativas” pagadas por el gobierno para informar de los aparentes avances en materia de seguridad.
La actuación de los maleantes ha pasado de provocar lesiones y secuestros a crimines y fusilamientos, lo mismo contra políticos, aspirantes a cargos de elección popular y periodistas.
Son, de darse la oportunidad, exhibidos los autores materiales pero al parecer protegen a los intelectuales.
La consigna “llegaremos hasta las últimas consecuencias” ha quedado en este gobierno y en el anterior, totalmente vacía y carente de credibilidad.
No hay quien aplique la ley y si muchos que se tapan en la enorme y pesada cobija de la impunidad oficial.
Un país con tantos muertos, miles de desaparecidos, madres rastreadoras, corrupción galopante y ni un solo detenido en las esferas del poder, donde se mueven a su antojo y lejos de castigos reciben promociones.
Si el crimen de los dos morenistas no significa ningún mensaje para los gobernantes si lo es para la sociedad nacional y extranjera, aquella sociedad que ha sido burlada con los “abrazos” y con que “no me salgan con que la ley es la ley”.
En el extremo de lo grotesco sobresale, como siempre, Fernández Noroña quien propone un homenaje para sus compañeros “de lucha” olvidando a los cadetes fallecidos en el Impacto contra el puente de Brooklyn.
Allá en Nueva York las banderas de México y Estados Unidos a media asta en duelo por nuestros marinos aquí, en su patria absolutamente nada más que el cariño, respeto y aprecio de sus familiares y amigos.
En México con el partido y gobierno morenista sobran los derechos a los delincuentes y que a inexistente el honor que merecen nuestros héroes anónimos. Hoy en día los saboteadores del país no se esconden, actúan lo mismo en las calles que detrás de escritorios y placas oficiales.
Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI expresó: “@LuisaAlcalde el cinismo de ustedes es infinito. ¡Son una vergüenza para este país!
Convirtieron una tragedia en espectáculo. Activaron redes para aplaudir a la jefa de Gobierno mientras las familias enterraban a sus muertos, y llevaron porras al velorio como si fuera un mitin. No tienen límites ni respeto por el dolor humano.No busquen culpables afuera.
Esta tragedia es resultado de su ineptitud, de su abandono y de un gobierno que ha sido incapaz de proteger a su propia gente”.
Héctor de Mauleón escribió en x: “El impacto que el mensaje dejó en el semblante súbitamente atribulado de Sheinbaum mientras, más allá, la secretaria de Gobernación presumía supuestos logros sobre la “atención a las causas” y las ‘Ferias de Paz'».
Manuel López San Martín: La violencia política es real», dice Marco Rubio, tras el asesinato de colaboradores de Clara Brugada en CDMX.
El secretario de Estado de Estados Unidos tiene previsto viajar a México en las próximas semanas”.
Joaquín López Dóriga: “Como sea, es triste el asesinato de dos jóvenes, pero también hay que leerlo como un mensaje a quien gobierna y a los que aquí vivimos”.
O sea, hay quienes si ven y evalúan lo que ocurre y otros que continúan en el festín del poder.