- El panorama inflacionario se ha nublado y la tasa de interés cerraría en 9% en 2025
- El insituto central descuenta un entorno de mayor incertidumbre hacia el largo plazo
Clase Turista
El Banco de México publicó su Informe Trimestral (IT) correspondiente al periodo junio-septiembre del 2024, en donde prevalecen señales de cautela sobre el entorno de la inflación y un panorama de mayor incertdumbre en el largo plazo.
La lectura de analistas de Intercam indican en el informe hay señales de cautela por parte del Banco Central y que en el entorno externo, la actividad económica global se expandió a un ritmo similar entre el 2T24 y el 3T24, aunque se observó divergencia entre países, por ejemplo en Estados Unidos la economía registró un crecimiento sólido, sobre todo por la fortaleza de la demanda interna y un mayor gasto de gobierno, mientras que en la Eurozona se observó moderación y en China una ligera mejoría por un repunte en las exportaciones.
Con respecto a la inflación, siguió descendiendo hacia los objetivos de los bancos centrales, no obstante el ritmo de reducción ha sido diferenciado y se ha observado en algunas economías ligeros aumentos.
De esta manera, el panorama inflacionario internacional sigue enfrentando retos y riesgos.
Por otro lado, la política monetaria de las principales economías registró disminuciones en tasas de interés, por ejemplo en EE.UU. la Reserva Federal recortó en 50 puntos base su tasa en septiembre y en 25 puntos base más en noviembre.
En las economías emergentes, los bancos centrales de Latinoamérica (excepto Brasil) y Europa del Este, también ajustaron a la baja sus tasas.
Adicionalmente, Sudáfrica y otros países asiáticos realizaron recortes en tasas por primera vez en tres años.
CRECIMIENTO ECONÓMICO AL ALZA
En este entorno, Banxico revisó ligeramente al alza el crecimiento económico esperado para 2024 de 1.5% a 1.8% y para el 2025 lo mantuvo sin cambios en 1.2%.
En esta misma línea dio a conocer que para 2026 estima un crecimiento de 1.8%.
La revisión al alza en 2024 se explica principalmente por un ajuste que realizó el INEGI a los crecimientos de los trimestres previos.
Para 2025 Banxico contempla que el crecimiento estará apoyado por el consumo privado y en menor medida la inversión privada, mientras que el proceso de consolidación fiscal limitará la contribución del gobierno.
Por último, las exportaciones podrían ir repuntando en línea con la mejora que se espera en la producción industrial de EU.
En este sentido, el Banco de México mantuvo su balance de riesgos al crecimiento sesgado a la baja, reconociendo que hay frentes importantes en el porvenir.
Los riesgos a la baja son: 1) menor crecimiento en EE.UU., 2) que se intensifique el actual ambiente de incertidumbre relacionada con las políticas que pudieran implementarse en Estados Unidos, 3) que la reducción del gasto público disminuya la actividad económica, 4) un escalamiento en los conflictos geopolíticos, 5) episodios de volatilidad y 6) fenómenos meteorológicos.
Los riesgos al alza son: 1) mayor dinamismo en EE.UU., 2) que la consolidación fiscal no tenga impacto en la economía y 3) un mayor impulso por la reconfiguración de procesos productivos.
Con respecto a la generación de empleo formal del IMSS para 2024 se ajustó de entre 410 y 550 mil empleos a entre 250 y 350 mil. Mientras que para 2025 se revisó de entre 430 y 630 mil a 340 y 540 mil.
En el sector externo, el Banco estima un déficit comercial para 2024 de entre -15.9 mil y -10.4 mil millones de dólares (mdd), equivalentes a -0.9 y -0.6% del PIB, mientras que para el saldo de la cuenta corriente esperan un déficit de entre -18.6 mil y -8.6 mil mdd, que se traducen en un déficit de -1.0% y -0.5% como porcentaje del PIB.
Para 2025 el déficit comercial se ubicará entre -1.2% y -0.8% del PIB y el déficit en cuenta corriente entre -1.1% y -0.4%, en el mismo orden.
RIESGOS PARA LA INFLACIÓN
Para la inflación, Banxico nuevamente mantuvo su balance de riesgos sesgado al alza.
Los riesgos al alza son: 1) persistencia de la inflación subyacente, 2) que la moneda nacional muestre una mayor depreciación, 3) mayores presiones de costos que pudieran traspasarse a los precios al consumidor, 4) afectaciones climáticas que pudieran impactar los precios de diversos productos agropecuarios, 5) una profundización de los conflictos geopolíticos y comerciales que pudiera generar disrupciones en las cadenas globales de producción.
A la baja: 1) una actividad económica de Estados Unidos o de México menor a la anticipada, 2) que el traspaso de las presiones de costos a los precios esté acotado y 3) que la depreciación del tipo de cambio tenga un efecto menor al anticipado sobre la
inflación.
Consideramos que, recientemente el panorama se ha nublado. Si bien es cierto que las últimas tres lecturas de inflación han sido positivas, el entorno es excepcionalmente incierto. Con ello en mente, al interior de la Junta de Gobierno se muestran dispuestos a seguir adelante con la implementación del ciclo de recortes, aunque de manera muy cautelosa, lo que reafirma nuestra postura de pausas en algunas de las reuniones de política monetaria.
Posiblemente exista más consenso entre los miembros de recortar en la medida que continúe descendiendo la inflación, a pesar de que en el 2025 el entorno sea más complejo.
Nosotros estimamos que la tasa de fondeo podría ubicarse entre 8.5 y 9.0% al cierre del 2025, aunque damos mayor probabilidad de ocurrencia a la parte alta del intervalo.
En la misma línea, nos resultó interesante ver los movimientos que ha tenido la curva de tasas en nuestro país para los plazos de 1 a 30 años.
Por ejemplo, el pasado 9 de agosto se registraba una curva plana y el 26 de noviembre una curva completamente empinada. Este movimiento normalmente ocurre en una fase más avanzada del relajamiento monetario, no cuando han ocurrido apenas tres recortes y la postura sigue siendo claramente restrictiva.
En este tenor, no sólo el quehacer de la política monetaria es relevante, si no también el del gobierno federal en las finanzas públicas, sobre todo porque se está descontando un entorno de mayor incertidumbre hacia el largo plazo.