- Una experiencia inolvidable, llena de aromas y sabores que conectan con nuestras raíces con Chefman y Mezcal Oro de Oaxaca
- Por Alejandra Pérez Bernal
Clase Turista
El Día de Muertos no solo se siente en los altares llenos de cempasúchil o en las velas encendidas que iluminan los recuerdos de nuestros seres queridos. También se vive, de manera muy especial, en cada mordida de un buen pan de muerto y en cada sorbo de mezcal.
En esta ocasión, en la Terraza Centro de City Centro by Marriott Ciudad de México, la tradición se convirtió en una experiencia inolvidable, llena de aromas y sabores que conectan con nuestras raíces.
Imagina estar ahí, con vistas al Centro Histórico, disfrutando de la mañana mientras en el aire se cuela el dulce aroma del pan de muerto recién horneado. Ese pan, tan nuestro, con su forma que simboliza la memoria de los que se han ido, ha cambiado a lo largo del tiempo, pero su esencia sigue intacta. Y ¿qué mejor que hornearlo tú mismo en un multicoker digital de Chefman? Con la tecnología de este aparato, el pan sale con una corteza dorada perfecta y un interior esponjoso, con ese toque de azahar que siempre nos hace recordar el hogar. Hornearlo allí, en vivo, se sintió como un homenaje a la tradición que une a los vivos con los muertos.
Pero claro, no hay experiencia completa sin un buen mezcal que acompañe. Mezcal Oro de Oaxaca fue el elegido para esta ocasión, y no podría haber sido mejor. Cada trago es como un paseo por los campos de agave oaxaqueños, donde cada proceso se hace con el mismo respeto y devoción que le tenemos a nuestras costumbres. El mezcal, al igual que el Día de Muertos, nos recuerda la conexión entre lo que fue y lo que sigue siendo. No es solo una bebida; es un ritual. Y en este evento, cada sorbo era una celebración, un tributo a la vida y a la muerte.
La Terraza Centro, con su vista privilegiada de la Ciudad de México, fue el escenario perfecto para esta fusión de tradiciones. A tan solo unos pasos de lugares icónicos como la Torre Latinoamericana y el Zócalo, el ambiente aquí no solo invita a la contemplación, sino a la inmersión total en lo más profundo de la cultura mexicana. Mientras disfrutábamos del pan, decorado con esmero y horneado con Chefman, el mezcal aportaba ese toque cálido, un poco ahumado, que nos transportaba al corazón de Oaxaca.
Fue más que una simple degustación; fue una mañana de celebración y memoria, en la que el pan de muerto y el mezcal se unieron para recordarnos la riqueza de nuestra herencia. Gracias a City Centro by Marriott, Chefman y Mezcal Oro de Oaxaca, esta experiencia nos mostró que el Día de Muertos no solo se celebra, se vive… y se saborea.
