- El 10 de mayo, en la obra de la feminista Marta Acevedo
- Por José Antonio Aspiros Villagómez
RedFinanciera
Ahora que tantas nuevas parejas, casadas o no, prefieren tener perros en lugar de hijos, vamos a conmemorar una vez más, con regalitos y comidas, el Día de las Madres como cada 10 de mayo desde 1922.
En este espacio lo haremos con la glosa de un libro excepcional que se publicó en ocasión del 60 aniversario de la festividad. Se trata de El 10 de mayo, de Marta Acevedo, editado por la Secretaría de Educación Pública y Martín Casillas Editores en septiembre de 1982, cuando estaba en sus últimos meses el gobierno del presidente José López Portillo.
Y lo llamamos excepcional, porque lejos de ser complaciente, contiene el contexto político, ideológico y social en que se dio la iniciativa del director del diario Excélsior, Rafael Alducin, quien se inspiró en un festejo que ya se hacía en Estados Unidos, precisamente cada 10 de mayo.
De acuerdo con la autora, “esta festividad, entre empalagosa y reparadora”, no es algo banal, pues su origen tiene “insospechables nexos con movimientos sociales que se dieron en el sureste de México en los años veinte”, tendientes a dar a las mujeres un rol y un lugar que va más allá de la procreación.
Así, en las páginas de su periódico Alducin escribió el 13 de abril de aquel 1922, que “deberíamos imitar empeñosamente” la costumbre estadunidense de “dedicar un día a enaltecer a la madre”, justo cuando, en Yucatán, los “racionalistas exaltados” habían emprendido “una campaña suicida y criminal en contra de la maternidad”.
Un mes atrás, el 10 de marzo, Excélsior había denunciado “el reparto de folletos inmorales” en Yucatán durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, relativos al control natal y el rechazo por gran parte de la sociedad de esa entidad. Y por las mismas fechas, el diario El Popular, de Mérida, había exhortado a las “mujeres del proletariado” a que no se dejaran engañar por los “farsantes del capitalismo” opuestos a las escuelas racionalistas.
El mismo periódico publicó textos a favor del matrimonio natural y no ante el registro civil “y menos ante el sacerdote”. Ya en la década previa, el entonces gobernador Salvador Alvarado había convocado al Primer Congreso Feminista donde se consideró “un error social educar a la mujer para una sociedad que ya no existe”, y había dispuesto que el servicio doméstico fuera remunerado. Se crearon ligas feministas.
Marta Acevedo describe en las 70 páginas de El 10 de Mayo -un libro enriquecido con ilustraciones del Archivo General de la Nación- otros sucesos en la misma tesitura, y refiere cómo, según Excélsior, tanto el secretario de Educación, José Vasconcelos, como la Iglesia Católica, la cadena de cines Olimpia y desde luego sus lectores y sobre todo los comerciantes, apoyaron la iniciativa de crear el Día de las Madres. Las “aristocráticas” Damas de la Cruz Roja se sumaron también, igual que la gente pobre de “los barrios orilleros y astrosos”.
Fue tal el éxito, que Excélsior llegó a pedir la Plaza de la Constitución para levantar ahí un Monumento a la Madre, que finalmente fue inaugurado -con una estética cuestionable- en 1949 por el presidente Miguel Alemán y su esposa en el Jardín del Arte de la Ciudad de México, donde antes estuvo la Estación Colonia de los Ferrocarriles.
El periódico cuyo dueño impulsó el Día de las Madres, en las décadas siguientes organizó con esa temática concursos escolares, premió a la madre más prolífica, a “la madre viuda que con más sacrificios educó ejemplarmente a sus hijos”, a las madres solitarias, a la más ejemplar o, en 1968, a la que “haya dado más hijos para la defensa de la Patria”.
Hasta que, el 10 de mayo de 1971, el grupo de feministas Mujeres de Acción Solidaria llevó a cabo una manifestación precisamente ante el Monumento a la Madre, para -según la nota del periódico El Día- “hacer notar que el mito de la madre consiste en exaltar la función biológica de la mujer, para encubrir el hecho de que como ser pensante y autónomo no se le deje desarrollar y nada más se le permita ser el reflejo de la voluntad del hombre…”.
Con la participación de la autora, en 2022 la Dirección de Publicaciones de la UNAM presentó A cien años del 10 de mayo, que es una edición corregida y aumentada de la obra de 1982 que nosotros tenemos y hemos glosado un poco aquí. Marta Acevedo es una escritora, periodista y feminista, a quien en 1976 la Cámara de Diputados le rechazó una propuesta para legislar el aborto, y en 2022 el Congreso de la Ciudad de México le otorgó la Medalla al Mérito Hermila Galindo, por su defensa de los derechos humanos de las mujeres.
Post data.- En Estados Unidos, el Día de las Madres comenzó a celebrarse en 1908 en una iglesia metodista de West Virginia, por iniciativa de Anna Jarvis, quien luego emprendió una campaña para instituirlo en todo el país cada 10 de mayo. Pero la rápida transformación del festejo en un asunto comercial, meramente consumista, provocó que después lanzara -aunque sin éxito- otra cruzada para impedir que en 1914 el Congreso de Estados Unidos otorgara al Día de las Madres la categoría de fiesta nacional. De ahí lo trajo a México Rafael Alducin.
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José Antonio Aspiros Villagómez
Licenciado en Periodismo
Cédula profesional 8116108 SEP