- Por Norma L. Vázquez Alanís
Clase Turista
(Concluye)
En un conversatorio con el doctor Manuel Ramos Medina, director del Centro de Estudios de Historia de México (CEHM) Fundación Carlos Slim, el historiador, antropólogo y arqueólogo francés Christian Duverger detalló los pormenores de la concepción y desarrollo de su obra Memorias de Hernán (Editorial Grijalbo, 280 páginas, septiembre de 2023), su tercer libro sobre Hernán Cortés, personaje al que ha dedicado gran parte de sus investigaciones.
“Para reconstituir el pensamiento de Cortés y su psicología –dijo el escritor– tuve que utilizar, como buen historiador, las fuentes disponibles y existen un sinnúmero de cartas, que generalmente no utilizan los investigadores porque no se hace la gran historia a partir de esos documentos, pero a mí me ayudaron mucho porque son misivas que mandaba a su familia, o pequeñas notas al final de un contrato, etcétera.”
También es posible encontrar relatos de Cortés en la correspondencia diplomática. En particular, el embajador de Venecia escribió acerca de Carlos V y de Cortés; además existe un fondo de registro en el archivo secreto del Vaticano “que es muy rico, aunque tiene cierta dificultad pues está en latín en escritura del siglo XVI y no tiene clasificación del archivo que toca a Cortés; sin embargo –aseguró Duverger–, descubrí muchas cosas”.
Explicó que en esa recuperación hay una parte que es absolutamente histórica y otra que es un poco su psicología personal, es decir, lo que corresponde a la invención, ya que para dar un poco de carne al personaje tuvo que inventar lo que a su juicio ha sido Cortés, “pero los hechos son los hechos, por ejemplo, cuando expongo que Francisco López de Gómara es el hermano de Cortés, no es una invención novelesca, aunque la presentación es una manera literaria de contar y de escribir la novela”.
Resulta, continuó el también diplomático francés, que López de Gómara, el escritor de la Historia de la conquista de México, era medio hermano de Cortés, quien se enteró de eso porque al regresar a España en 1528 recibió la información de que su padre muerto había dejado papeles donde le confesaba que no era hijo único, sino que tenía un hermano y una hermana de los cuales le daba los nombres; “entonces procedí a investigar y no digo nada de la hermana porque lo dejé para otra oportunidad, pero demuestro que López de Gómara era medio hermano de Cortés y no es una invención”, apuntó Duverger.
Dos mujeres importantes para Cortés
En esa carta de un padre a su hijo, Cortés habla de dos mujeres importantes: Marina, quien murió a finales de 1528, y María Mendoza, con la que al final de su vida mantuvo otra relación de amor. Esta señora era esposa del secretario del Imperio, Francisco de los Cobos, y se encargó de albergar los archivos de Cortés en su casa de Úbeda, España, donde seguramente está un ejemplar del manuscrito de la Historia Verdadera de la Nueva España, “pero evidentemente es extraño ir a buscar en el corazón del poder de Carlos V los archivos de Cortés, quien era un oponente, y es probable que haya muchas cosas que encontrar en Úbeda”, comentó Duverger.
Agregó que en su libro puntualiza que Cortés siempre hacía tres paquetes de sus registros: uno para España, otro para México y un último para su casa, es decir, para su propiedad personal, de manera que existen tres versiones de todos sus documentos.
En México está prácticamente todo el archivo de Cortés porque lo conservó el Hospital de Jesús y ahora está bajo resguardo del Archivo General de la Nación; hasta 1928 estuvo en el Hospital de Jesús, que era una fundación privada y eso permitió conservar no solamente el edificio donde está la sepultura de Cortés, sino también los documentos de los archivos.
Respecto a su relación con Marina o Malinche, además de darle un hijo mestizo le permitió reinstalar a la mujer en situación por lo menos de igualdad en el poder, luego que ella le relatase que en la sociedad indígena la mujer había sido importante, pero después la expulsaron de la vida política y del círculo del poder.
A partir de ese momento Cortés se presentó de manera sistemática con Malinche a su lado y le confió el papel de portavoz, más importante que la función de intérprete, pues detalló el autor que técnicamente Cortés hablaba náhuatl y no necesitaba traductor, pero requería una persona capaz de hablar en su lugar porque los jefes no conversaban directamente entre ellos, y así Cortés dio de nuevo un papel político, un estatuto social a la mujer.
En este libro Duverger también menciona la importante relación de Cortés con el mestizaje, e indica que siempre defendió esta idea prehispánica que fue el motor cultural de Mesoamérica, pues la integración de los nómadas en el seno de estos agricultores sedentarios fue la dinámica cultural durante 25 siglos y Cortés consideró que eso sería la solución para asociar esos dos mundos, esos dos lados del Atlántico y lo hizo con una firme voluntad, dijo Duverger.
Cortés realmente estaba decidido a instalar el mestizaje en México y por eso, “como éste es un país mestizo, este retrato de Cortés, padre de este Martín mestizo, es también un retrato de Cortés padre de la patria, del México mestizo”, aseguró el historiador francés.
Cortés enamorado de México
Cortés se enamoró de México y la prueba la tenemos en la Segunda Carta de Relación que no es sino una carta de amor escrita a México y ahí en esa escritura hay una vibración que cada uno al leerla se puede dar cuenta de ello: siempre la comparación entre España y Nueva España es favorable a esta tierra de América: los árboles son más verdes, más grandes y llegan hasta el cielo, hasta las aves cantan mejor que en España, hizo notar el experto durante el conversatorio.
Para Duverger, otra demostración de su pasión por México fue que en su testamento Cortés pidió que sus restos fueran enterrados en Coyoacán, porque en ese lugar vivió el momento de amor máximo con Malinche y el nacimiento de Martín, además ahí transcurrió ese tiempo de postguerra, porque había acabado la conquista y durante dos años hubo una especie de vida en suspensión, con una convivencia entre sus lugartenientes españoles y los señores de México; por eso deseaba ser enterrado en Coyoacán.
Cuando Cortés sintió que llega la muerte (tenía 62 años, que por la manera cómo vivió era mucho), habitaba en el centro de Sevilla y decidió cruzar el río Guadalquivir e ir a morir del otro lado, en la ciudad antigua, y fue enterrado de manera provisional en Santiponce, nombre actual de Itálica, la ex ciudad romana. Esa decisión fue algo simbólico porque su deseo era de regresar a México, pero su salud se deterioró mucho y en tres meses murió tranquilamente en su cama, lo que es excepcional para un conquistador. Como no pudo ir hasta México cruzó el rio Guadalquivir un poco como alegoría de los nueve ríos del Mictlán.
Finalmente, el autor de Memorias de Hernán hizo hincapié en que Cortés tuvo funerales de jefe de Estado, como está documentado, lo que contradice esa idea de que era un proscrito. Cortés fue muy importante a partir 1543 cuando se instaló en Sevilla, porque era un autor famoso y la fama de un autor no se puede quitar con una cédula; la importancia de Cortés viene de su papel prominente de escritor; en ese momento era más importante que Carlos V, quien no se pudo mantener en el poder después de su derrota frente a Argel y decidió huir de España.
“Creo que podemos estar orgullosos de este Cortés que presento en el libro”, concluyó el historiador francés, defensor a ultranza del conquistador.