- ¡Quien prenda el fuego, que lo apague!
- Por Carlos Pozos
Clase Turista
Vienen a mi memoria los acuerdos que de muchos años atrás tenía con sus allegados Carlos Salinas de Gortari, hijo de Raúl Salinas Lozano, quien fue parte del gabinete de Adolfo López Mateos, donde se desempeñó como secretario de Comercio y Fomento Industrial.
Cuando llega al poder de la Presidencia de la República Mexicana, Carlos Salinas arremete en contra de los petroleros y maestros, y todos los sindicatos que le daban votos al PRI de manera masiva e institucional.
Fidel Velázquez, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), tenía un peso fundamental. Cobraba muy bien, con cuotas de poder, haciendo senadores y diputados para el sector obrero.
Cuando se rompe con todo eso, los priistas tratan de hacer una nueva clase política en bloque, pero con una finalidad totalmente pro empresarial, dentro de la incursión de neoliberalismo en México.
Manuel Camacho Solís, al inicio gran amigo de Carlos Salinas de Gortari y de su élite de amigos, que les decían los “toficos” –por ser “muy ricos”– comenzaron a crecer política y económicamente, y es cuando aparece Marcelo Ebrard Casaubón, quien se fue colocando con trabajo e inteligencia en las esferas de poder.
Pasan los años y se da un rompimiento con Manuel Camacho Solís. Siendo que era un negociador muy capaz, le toca que le endilguen desde la residencia oficial de Los Pinos el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, y la sociedad lo señala como uno de los beneficiados, porque podría aspirar a sentarse en la silla presidencial de México, dentro de un clima enrarecido y manchado con la sangre de un magnicidio.
En ese entonces se da una polarización en el país, en donde surge la frase célebre de Carlos Salinas de Gortari: “No se hagan bolas”. Este suceso arrastró a la muerte política de Manuel Camacho Solís y del mismo Salinas, pues en la ceremonia luctuosa de cuerpo presente en el edificio del Partido Revolucionario Institucional, les gritaron “¡asesinos!”.
Posteriormente ahí estaba Marcelo Ebrard Casaubón, puesto a defender temas del terremoto de 1985, cuando la autoridad no les daba casas a los damnificados.
Y, por su parte, Manuel Camacho desde tiempo atrás ya había tenido acercamiento con AMLO, cuando se tomó el Zócalo de la CDMX. Para ese entonces ya había pasado la ruptura con Carlos Salinas de Gortari y el pleito con Ernesto Zedillo Ponce de León.
Manuel Camacho y su equipo –entre ellos Marcelo Ebrard Casaubón– se incrustaron en el movimiento de trasformación. En el año 2000, cuando Andrés Manuel López Obrador era Jefe de Gobierno de la capital del país, aún vivía Manuel Camacho Solís (falleció el 5 de junio de 2005), y propone a Marcelo Ebrard para ser Jefe de Gobierno de la CDMX: pero llega el episodio del linchamiento de los policías en la entonces Delegación Tláhuac y todo se viene abajo.
Desde aquellas épocas AMLO manejaba la agenda nacional a Vicente Fox, con la conferencia mañanera en el Distrito Federal, en donde canal 40 y CNI transmitían en bloque parte de la conferencia.
Esas “mañaneras” eran muy distintas a las que ahora se hacen en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, porque ahora se colocan sillas, pero en aquellos tiempos era de pie y había un tapanco. Así se dictaba la agenda política del país. Era el tiempo del pleito por la implementación del Horario de Verano, con Vicente Fox Quesada. Cabe señalar que la Ciudad de México fue la única que se opuso, dando argumentaciones técnicas, científicas y sociales.
Hay que dejar en claro que es un mito el que Marcelo Ebrard haya declinado para que el candidato de la oposición fuera el licenciado Andrés Manuel López Obrador, porque lo que sucedió es que él perdió la encuesta MEC y después dijo que él le daba su apoyo al de Tepatitán, Tabasco.
Se da el cambio de gobierno federal y Marcelo Ebrard comienza a coquetear con Felipe Calderón, mientras que la verdadera izquierda no quería reconocer a FECAL, el “espurio”. Situación que le costó a Marcelo el rechazo de mucha gente del movimiento.
En estos tiempos, a escasas dos semanas de saberse quien será la mujer o el hombre que tome el bastón de mando del movimiento de la Cuarta Transformación, debe de quedar claro a todas y todos los suspirantes que “no es quítate tú porque me toca a mí”, y quien lo piense así, distorsionará el proyecto transformador. Por ello el personaje que se atreva a “prender el fuego de la división, tendrá que apagarlo él mismo, saliendo chamuscado con su propia lumbre, encendida por la ambición personal y no del proyecto”… Amigos, hasta aquí con Los Pozos de Carlos Pozos. Y si desean que le haga su pregunta al Presidente de México en la conferencia de prensa “mañanera”, por favor háganmela llegar al correo: lordmolecularedacción@gmail.com; vía Twitter a: @lordmoleculaoficial, o bien, visiten nuestro portal https://www.lordmoleculaoficial.com/ así como también pueden ver mi Canal Lord Molécula Oficial.