- Por Francisco X. Salazar S.
Clase Turista
Generalmente, los obispos de la Iglesia Católica se abstienen de hacer comentarios sobre candidatos, acciones de las autoridades en funciones o temas de política partidista. Sin embargo, cuando deciden hablar sobre política del Bien Común, lo hacen con contundencia.
Esta semana, las declaraciones de destacados obispos, como el potosino Juan Manuel Mancilla, el morelense Ramón Castro y el bajacaliforniano Miguel Ángel Alba Díaz, causaron revuelo. Cuidándose de no mencionar a los partidos políticos ni a las autoridades por su nombre, la descripción que han hecho sobre la situación que están presenciando no deja lugar a dudas: no serán indiferentes ante el dolor que causa la inseguridad y la violencia generada por los errores de los gobiernos, la actuación del crimen organizado y el proceso electoral del año entrante. No pedirán el voto por algún candidato o partido, pero sí destacarán cuáles son los problemas que afectan al pueblo de México y que deben ser considerados por los católicos y los ciudadanos en general a la hora de votar dentro de un año: violencia, inseguridad, migración, pobreza, educación, impunidad, falta de valores, entre otros temas.
La entrevista con Monseñor Mancilla, quien es muy querido en su natal San Luis Potosí y en su Diócesis de Texcoco, muestra un titular muy fuerte: “La 4T tiene sometido a México a un poder maligno”. Además, describe la indefensión en la que se encuentran los mexicanos ante la creciente ola de violencia y las mentiras de las autoridades, la perversa pobreza y la polarización social, la pérdida de la fe y la errónea política de “abrazos, no balazos”, el drama de los migrantes que huyen ante el poderío de las bandas criminales. Sin embargo, me gustó mucho la esperanza de un obispo que sabe que Dios es el Gran Constructor de la Historia y no permitirá el triunfo del mal, y que ningún sexenio dura cien años, que México es un pueblo bendecido donde la Virgen de Guadalupe vino a convivir con nosotros y que, como decía frecuentemente San Juan Pablo II, “¡México, siempre fiel!”. También me agradó cuando citó a Facundo Cabral: “México puede ser la reserva espiritual de América y, si se ponen las pilas, hasta del mundo entero”.
Monseñor Ramón Castro, obispo de Cuernavaca y Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, reveló que tiene información de que el crimen organizado está condicionando el cobro de piso a los comerciantes de Morelos si es que ganan sus candidatos. El obispo no quiso decir el nombre del partido al que apoyan los criminales, pero todos sabemos de qué partido es el que los consiente.
También vale la pena destacar las declaraciones del obispo de La Paz, BCS, Monseñor Miguel Ángel Alba Díaz, quien en una misa por La Paz mencionó que el país chorrea sangre y que no bastan las acciones del gobierno. Comparó su estado, donde supuestamente “no pasa nada”, con Michoacán y Sinaloa, y también mencionó que en ese estado están aterrorizados por la violencia, los desaparecidos y los asesinados.
Seguiremos escuchando la voz de nuestros obispos en esta crisis por la que atraviesa nuestro sufrido México, que según sus autoridades marcha requetebién.