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19 diciembre,2025

Memorias de un Director, o cómo dar vitalidad a un “centro atildado y solemne de estudios históricos”

  • Por Norma L. Vázquez Alanís

Clase Turista

Un libro que invita a los lectores a entrar en el mundo de las aventuras, en el que los papeles hablan, las bibliotecas seducen y hasta los fantasmas solicitan su ficha de préstamo, es como definieron Memorias de un Director. Cinco lustros de cultura en México, del doctor en Historia por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales en París, Francia, Manuel Ramos Medina, los presentadores de este volumen en el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM), Fundación Carlos Slim.

Ellos fueron el doctor en Etnología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, José Rubén Romero Galván, moderador; el doctor en Historia por la misma institución, Oscar Mazín Gómez, y la doctora en Sociología por la Universidad de Cambridge, Inglaterra, Consuelo Sáizar de la Fuente, reunidos para comentar sobre este libro ya disponible en la sede del CEHM en Chimalistac y en Amazon, que promete una lectura tan amena como reconfortante entre tanto ruido político a escala mundial.

“Es motivo de gran alegría presentar un libro tan lleno de afecto, de entusiasmo y de recuerdos; como soy amigo del autor desde hace más de medio siglo, saboreo y literalmente revivo estas memorias, porque mucho de lo que aquí cuenta me lo compartió conforme lo iba contemplando y realizando”, dijo el doctor Oscar Mazín. “A lo largo de 30 años el doctor Ramos Medina ha hecho, de un centro atildado y solemne de estudios históricos, una casa y un repositorio amigable con la puerta abierta para quien busca y disfruta de la cultura”, agregó.

“Para fortuna nuestra, Manuel Ramos entrega en sus Memorias no un recuento institucional, sino una autobiografía nacional en miniatura, el país visto desde esta bellísima casa de Chimalistac”, afirmó por su parte la doctora Consuelo Sáizar. Consideró que es un libro “sin protocolos empolvados, ni balances contables disfrazados de humanismo; se trata de un tapiz vivo tejido con anécdotas que saltan de la página, donde el director de ninguna manera es un burócrata sino un investigador en el laberinto de la memoria mexicana, alguien que entrelaza sus memorias con la habilidad de orfebre de la evocación”.

LA CARTA ROBADA DE MIGUEL HIDALGO

En su breve alocución, el doctor Romero Galván destacó que a través del libro de Manuel Ramos Medina – una edición de autor que vio la luz el 21 octubre de 2025- “uno entra en contacto con una dinámica cultural, sobre todo vinculada con la historia en la Ciudad de México”, y mencionó que fue su alumno en la Universidad Iberoamericana.

Mientras que el doctor Mazín resaltó que en 40 capítulos o episodios el autor pinta de colores esa transformación del CEHM, pero a la vez manifiesta su gratitud a la vida y a quienes generosamente le han aportado luz, aliento, arrojo y cariño. El conjunto es una fiesta, siempre en el registro de la enseñanza y la promoción de la cultura, núcleo de su vocación. También ofrece una serie de gratas y divertidas instantáneas de la ciudad y el país, que por servir de contexto, son breves, pero muy disfrutables.

La doctora Sáizar refirió que el libro se lee como una crónica urbana con tintes de novela policiaca y apuntes de sobremesa, donde la Historia no es un monumento estático sino un carnaval de incidentes; como el de la carta de Miguel Hidalgo sobre la retirada del Monte de las Cruces, que en 2010 desapareció del CEHM -algo similar al relato de Edgar Allan Poe, La carta robada- y reapareció como en una farsa mexicana de enredos burocráticos. “No pensé que eso sucediera, y menos que pudiera conocerse en el texto de un académico como Manuel Ramos, que documenta: de repente alguien sustrajo esa misiva y de la misma manera, por alguna razón, la devolvió”.

Sucesos así no son extraños indicó por su parte el doctor Mazín, “pues recordemos que este sitio fue originalmente la casa de campo -me parece- de un canónigo de la Catedral de México del siglo XVIII, por eso decidí evocar en esta presentación los misterios que encierra la mansión, los seres fantasmagóricos y liliputienses que la habitan y que el autor nos asegura, en ciertas noches ellos se dan cita en las estanterías para disfrutar de los libros”.

La doctora Sáizar también mencionó que en Chimalistac “la frontera entre lo histórico y lo espectral es tan delgada como una hoja de pergamino, o así lo hace creer Manuel. En esta casona los espíritus rondan los pasillos. La monja posesa Isabel de la Encarnación, cuya biografía de 1675 apareció en La Lagunilla como por milagro, pagada por una mujer de velo negro, o el Diablo en la conquista, que Manuel editó con una bola de cristal al lado por si las dudas. Hay libros que conversan en la madrugada como tertulia de muertos ilustres o sombras con portafolio que piden consulta nocturna”.

VALIOSOS ARCHIVOS PRESERVADOS DE LAS SUBASTAS

Manuel Ramos tiene un gran amor por la difusión de la cultura histórica, inculcado por la maestra Beatriz Ruiz Gaytán en la Ibero; sabe lo importante de hacer accesible al gran público lo que revelan las investigaciones y algunos episodios de sus memorias exhortan en ese sentido, porque la Historia ha de estimular la imaginación, deleitando, haciendo gozar a la gente, permitiéndole disfrutar, afirmó el doctor Mazín.

“Este libro nos muestra cómo, por haberse atrevido a plantársele a don Edmundo O’Gorman, Manuel pudo abrir el telón de su gestión como joven director de este centro de estudios, donde contó con el acompañamiento de Carlos Monsiváis en el consejo de la institución, ello estimuló su temple para dar lo mejor de sí mismo”, explicó.

Cuando Manuel Ramos asumió la dirección del centro en 1991, tras un año de exilio académico en París, “transformó este espacio en un teatro de la memoria. En tiempos en que los archivos privados suelen acabar en subastas neoyorquinas o sótanos húmedos, el CEHM se convirtió en salvavidas de la memoria, una tradición siempre desdeñada por las autoridades; Manuel entendió que un códice guardado es un país preservado y que digitalizar una biblioteca es democratizar la nostalgia”, expuso la doctora Sáizar.

El autor habla de la Biblioteca Digital Mexicana, un proyecto con el extinto Conaculta, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Archivo General de la Nación, donde millones de usuarios pueden acceder a un millón y medio de tesoros bibliográficos con un clic.

El doctor Mazín también comentó que Memorias de un Director, es una obra que invita a los lectores a entrar en el mundo de las aventuras, como la del encuentro inesperado con la reina Noor de Jordania, atraída a Chimalistac por el profeta Gibran Jalil Gibran cuya biblioteca se resguarda en el CEHM. Y consideró una proeza “urdir con Enrique Florescano y Clara García Ayluardo un Día del Historiador como efeméride nacional, y entusiasmar a colegas para fundar una asociación de bibliotecas y archivos privados”. Si bien la preservación y adquisición de tesoros bibliográficos y documentales es la actividad sustantiva del CEHM, acciones como la digitalización de las colecciones y la difusión de videoconferencias la dinamizaron al correr de los años.

GRATITUD CON JOSEFINA MOGUEL Y JOSÉ GUTIÉRREZ

Mazín agradeció al ingeniero Carlos Slim y a todas las autoridades de su Fundación, no haber aceptado que el doctor Ramos Medina dejara la dirección del CEHM en 2015. Y comentó que mencionar la presencia súbita, intempestiva, no programada de la reina Noor de Jordania en 2008 atraída por los archivos de Gibran Jalil Gibran, y que culminó con un champagne, que no era el más regio y adecuado para esa mujer bellísima, pero sí el más sincero, en las Memorias de un director convierte un protocolo en anécdota, si bien detrás del suceso curioso prevalece la estrategia: rescatar, digitalizar, difundir.

En las páginas del libro se condensan tres décadas de vida cultural mexicana, y al leerlas se descubre que la Historia no se entiende sin esos depósitos de papel y esos héroes anónimos que catalogan, sellan y digitalizan, porque la memoria nacional no se preserva sola, requiere de directores obsesivos, de bibliotecarios pacientes como José Gutiérrez y archiveros como Josefina Moguel, “quienes saben que cada firma puede ser el esqueleto de un libro, cada foto el rostro de una época”.

La originalidad y el valor cultural de la obra, finalizó la doctora Sáizar, “reside en que Manuel más que asumirse como funcionario de museo o de algo estático, lo hace como narrador en guardia, sabe que un archivo sin relato es un cementerio de papeles y que la historia para sobrevivir necesita anécdota, ironía, suspenso, por eso Memorias de un Director se lee con el ritmo de una novela. Es la confesión de un hombre que convirtió el oficio de historiador en una aventura con humor, profesionalismo y gratitud hacia quienes hicieron posible esa epopeya de rescate”, como el ingeniero Slim Helú, “el empresario que pregunta por los árboles del CEHM y revisa los documentos que alberga, con la misma seriedad que revisa la bolsa de valores”.

Por último, el doctor Ramos Medina agradeció a los participantes sus comentarios,  al público asistente, a su equipo de trabajo y sobre todo a la empresa. “Acabo de cumplir 34 años en la dirección de CEHM, es una vida entera que vale la pena escribir. Aunque descubrí, quizá ya muy mayor, el gusto por escribir, les recuerdo que todos estamos llamados a escribir nuestras memorias, con los secretos que cada uno guarda”.

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