- Por José Antonio Aspiros Villagómez
Clase Turista
En 1981 escribí para el taller de crítica literaria que impartía Ignacio Trejo Fuentes un comentario (que después ya no me gustó) de la muy breve novela de José Emilio Pacheco Las batallas en el desierto; en 2012 le avisé a su hija Laura Emilia que en la revista que editaba entonces el Conaculta, donde ella era directora de publicaciones, habían atribuido la autoría de ese libro a otro escritor, y en 2014 repetí aquel texto de 33 años antes, junto con mis votos por la recuperación del para mí muy estimado escritor, quien se había caído en su casa y sufrido golpes en la cabeza, por lo cual estaba hospitalizado en terapia intensiva. Lamentablemente perdió la vida, horas después de que se publicó mi artículo el 26 de enero de aquel año.
Ahora, en 2025, me entero con media vida de retraso -¡qué pena!- que el otrora popular grupo mexicano Café Tacvba, compuso la canción Las batallas, alusiva al argumento de la novela de Pacheco, y fue uno de los grandes éxitos contenidos en el primer álbum LP de esos músicos.
Lector de la revista Relatos e Historias en México desde su primer número, en la edición 196 de febrero de 2025 encontré una narración del historiador Ricardo Lugo Viñas sobre las “dos cabecitas blancas” que destacaron entre los miles de eufóricos jóvenes que asistieron en la plaza de toros de Querétaro a un concierto de Café Tacvba en 1993.
Fue porque los músicos se enteraron de que José Emilio Pacheco andaba en esa ciudad, lo invitaron al concierto y él aceptó gustoso, y se hizo acompañar por Carlos Monsiváis. Ellos fueron las dos cabecitas blancas que al final no pudieron saludar a los intérpretes porque éstos se escaparon del tumulto “por un pasaje oscuro”, y los escritores optaron por irse a cenar tacos.
Lugo Viñas menciona que la novela se filmó con el nombre de Mariana, Mariana y hubo también una radionovela basada en el mismo argumento; y que Pacheco estaba muy agradecido con los músicos, pues gracias a ellos se leía más su libro.
Y como el texto de Lugo en la citada revista fue muy breve -una página-, me despertó el interés por saber más de Las batallas, así que, buscando, di con la letra, los autores, y un artículo muy amplio de Bianca Carvalho en letras.com, con el significado de la canción y el motivo de que en ella se incluya parte de otra: el bolero Obsesión, compuesto en 1935 por el puertorriqueño Pedro Flores Córdova. Esa melodía sí la conocía yo, porque la tocaban con frecuencia en las estaciones de radio, interpretada por algún solista cuyo nombre he olvidado. ¿Sería el mismo compositor?
Debo agradecer a Relatos e Historias en México las sorpresas que mes a mes nos brinda a los bastantes lectores que tiene en todo el país, entre ellas los contenidos de su sección Anecdotario, donde se publicó el relato de las cabecitas blancas.
En otro de sus contenidos encontré en el ameno e ilustrativo Diario de Concha Lombardo (la viuda del general fusilado en el Cerro de las Campanas, Miguel Miramón) el relato de su visita junto con su esposo a Florencia, Italia, donde vieron exactamente las mismas bellezas escultóricas que yo y ella tuvo las mismas impresiones (salvo por el robo que sufrí dentro de la basílica), con alrededor de siglo y medio de diferencia.
Seguramente Pacheco y Monsiváis estuvieron también una o más veces en Florencia, que es un gigantesco museo de arte e historia al aire libre, cuna de los más grandes genios, y donde tuvo su origen el Renacimiento.
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José Antonio Aspiros Villagómez
Licenciado en Periodismo
Cédula profesional 8116108 SEP
antonio.aspiros@gmail.com
