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25 noviembre,2025

Frágiles, los principales indicadores económicos de México

  • No hay expectativas de mejora importante en el corto plazo: CEESP
  • Por Gerardo Flores Ledesma

Clase Turista

La evolución de los principales indicadores económicos en México es frágil y no hay expectativas de una mejora importante en el corto plazo, revela el más reciente análisis del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Detalla que la caída en la inversión limita la creación de empleo formal de calidad, debilita el bienestar de los hogares y la informalidad refleja la complejidad que tienen las empresas para generar fuentes de labor formales por lo que existen mayores niveles de precarización del empleo.

El organismo del sector privado señala que “a pesar de que en lo que va del año las finanzas públicas van en línea con el objetivo de reducir el déficit, aún es un tema de preocupación”.

Se indica que la percepción sobre la situación de la economía no es muy favorable, ya que los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, en cuanto a la percepción del entorno económico, el 98% de las respuestas considera que actualmente la economía está peor que hace un año. El 83% señala que el clima de negocios en los próximos 6 meses se mantendrá igual o empeorará y el 70% considera que la coyuntura actual es un mal momento para invertir.

Asimismo, los especialistas consideran que entre los principales obstáculos para hacer negocios resaltan: el crimen, la falta de estado de derecho y la corrupción.

Las expectativas de crecimiento para este año no son muy alentadoras y se complican aún más al tener que enfrentar retos como la reforma judicial y las políticas comerciales instrumentadas por los Estados Unidos.

Para el CEESP, factores internos como la ausencia de estado de derecho, inseguridad y corrupción, así como externos como la política arancelaria de EU, mantienen elevada la incertidumbre empresarial y del consumidor, lo que incide directamente en los principales motores del crecimiento: la inversión y el consumo.

En el tema del debilitamiento de la inversión, un factor relevante es la caída de la inversión pública que, con base en cifras originales, en mayo registró una disminución anual de 25.8%, con lo que acumuló trece meses consecutivos a la baja. Es evidente que el reducido gasto del gobierno en infraestructura inhibe la inversión privada.

Por el lado de la inversión privada, además del impacto de la caída de la inversión del sector público, refleja en buena medida los efectos de factores internos como la ausencia de estado de derecho, inseguridad y corrupción, aumentando la cautela para realizar inversiones. En mayo, la inversión privada se contrajo 4.9%, con la posibilidad de que mantenga su tendencia descendente iniciada a finales del 2023, al igual que la pública.

Se aclara que la inversión total reportó una baja anual de 7.1%, y acumula 9 meses consecutivos con variaciones negativas, lo que limita la creación de empleo formal de calidad, inhibiendo una mejora en el bienestar de los hogares, como lo muestran los indicadores del INEGI, que reportan que en el segundo trimestre del año el porcentaje de población en pobreza laboral aumentó marginalmente 0.1 puntos porcentuales respecto al trimestre previo al pasar de 35.0% a 35.1%.

Para los empresarios del país, aunque es cierto que el aumento al salario mínimo ha beneficiado a los ocupados del país, también lo es el hecho de que mientras quienes perciben esta cantidad han aumentado significativamente, los ocupados que perciben ingresos mayores se han reducido de manera importante.

Las cifras muestran que, en lo que va del año (enero-julio) la población ocupada que percibe hasta un salario mínimo aumentó en 3 millones de personas, lo que en principio debería ser algo positivo. Sin embargo, esto pareciera más un factor de precarización del mercado laboral, si se considera que el universo de aquellos ocupados que ganan más de un salario mínimo se redujo en 2.2 millones.

Se aclara que del aumento total anual de la población ocupada en julio, el universo de quienes laboran en la formalidad se redujo en 757 mil personas, mientras que quienes se ubicaron en la informalidad aumentaron en 1.2 millones de personas. Esto significó que la tasa de informalidad laboral aumentara de 54.5% en julio del año pasado a 56.1% en el mismo mes del presente año.

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