- Este hábito puede acarrear una serie de problemas para nuestro cuerpo
Clase Turista
Sentarse con las piernas cruzadas es una postura común, adoptada por muchas personas de manera intuitiva para sentirse cómodas. Ya sea en el suelo, en una silla o incluso en la cama, esta posición parece ofrecer una sensación de equilibrio y relajación para algunos. Sin embargo, detrás de esta aparente comodidad, se esconden una serie de implicaciones para nuestra salud física que merecen una atención detallada.
“La pregunta de si sentarse con las piernas cruzadas es bueno o malo no tiene una respuesta sencilla, ya que depende de la frecuencia, la duración y las condiciones individuales de cada persona. No obstante, existe un consenso creciente entre los profesionales de la salud sobre los riesgos asociados con mantener esta postura de forma habitual y prolongada”, menciona el Dr. Carlos Suárez Ahedo, ortopedista especialista en cirugía de cadera.
Si bien algunas tradiciones, como el yoga y la meditación, utilizan posturas con las piernas cruzadas con el objetivo de mejorar la postura, la flexibilidad de la cadera y promover la relajación, la clave reside en la práctica consciente y la adaptación a las capacidades del cuerpo. Estas posturas se realizan generalmente durante períodos limitados y con una alineación específica para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos. El problema surge cuando sentarse con las piernas cruzadas se convierte en un hábito inconsciente y prolongado en la vida diaria.
Por qué NUNCA debemos sentarnos de piernas cruzadas de forma habitual
La adopción frecuente y prolongada de la postura de piernas cruzadas puede acarrear una serie de problemas para nuestro cuerpo. El Dr. Suárez Ahedo nos menciona algunos.
- Desalineación de la pelvis y la columna vertebral: Sentarse con una pierna sobre la otra provoca una rotación desigual de las caderas, lo que puede llevar a una inclinación pélvica lateral y una desalineación de la columna vertebral. Esta desalineación puede generar tensiones y dolores en la parte baja, media y alta de la espalda, así como en el cuello. Un estudio encontró que las personas que se sentaban con las piernas cruzadas durante más de 3 horas al día presentaban una mayor inclinación del hombro, inclinación pélvica lateral y postura de la cabeza hacia adelante. Con el tiempo, esta postura puede contribuir a la aparición de escoliosis y otras deformidades.
- Problemas en las caderas: Mantener las piernas cruzadas durante mucho tiempo puede ejercer una presión excesiva sobre la articulación de la cadera, impidiendo su relajación natural. Esta tensión constante puede provocar dolor de cadera a largo plazo e incluso disminuir la fuerza de los músculos de la cadera. Además, puede aumentar el riesgo de desarrollar el síndrome de dolor trocantéreo mayor, una condición dolorosa que afecta la parte exterior de la cadera y el muslo.
- Tensión en las rodillas: La postura de piernas cruzadas somete a las rodillas a una tensión adicional, estirando los ligamentos y músculos que las rodean. Esto puede aumentar la presión sobre la articulación de la rodilla, provocando dolor e incluso hinchazón a largo plazo. Si ya existe dolor en la parte interna de la rodilla, esta postura puede exacerbar los síntomas.
- Problemas circulatorios: Cruzar las piernas puede dificultar la circulación sanguínea en las extremidades inferiores. La presión ejercida sobre las venas puede contribuir a problemas circulatorios y, a largo plazo, aumentar el riesgo de desarrollar venas varicosas. Aunque algunas investigaciones sugieren que sentarse con las piernas cruzadas puede aumentar temporalmente la presión arterial, no se considera una causa directa de hipertensión crónica. Sin embargo, para las personas con problemas circulatorios preexistentes, esta postura puede ser perjudicial.
- Daño nervioso: La presión prolongada en la parte exterior de la rodilla al cruzar las piernas puede comprimir el nervio peroneo (o nervio fibular), lo que puede provocar entumecimiento, hormigueo y debilidad muscular en los pies y tobillos, dificultando el movimiento de las piernas. Esta condición se conoce como parálisis del nervio peroneo.
- Mala postura general: Sentarse con las piernas cruzadas puede llevar a una mala postura general del cuerpo. Para compensar la desalineación de la pelvis, el cuerpo puede adoptar otras posturas incorrectas, como encorvar los hombros o inclinar la cabeza hacia adelante. Una mala postura crónica puede tener efectos negativos en todo el cuerpo, incluyendo dolor de cuello y hombros, disminución de la flexibilidad, problemas digestivos e incluso dificultad para respirar.
Alternativas saludables para sentarse
En lugar de sucumbir al hábito de cruzar las piernas, existen diversas prácticas y posturas que son mucho más beneficiosas para nuestro cuerpo y salud física.
- Sentarse con los pies apoyados en el suelo: “Esta es la postura más recomendada para mantener una alineación adecuada de la pelvis y la columna vertebral”, recomienda el Dr. Carlos Suárez Ahedo. Asegúrate de que tus pies estén planos en el suelo o sobre un reposapiés, con las rodillas dobladas en un ángulo de 90 grados o ligeramente superior y a la altura o ligeramente por debajo de las caderas. Mantén la espalda recta y apoyada en el respaldo de la silla, utilizando un soporte lumbar si es necesario.
- Otras posturas en el suelo: Si prefieres sentarse en el suelo, considere posturas como la de piernas extendidas hacia adelante, con las rodillas ligeramente flexionadas si es necesario; la postura de ángulo atado , juntando las plantas de los pies y dejando caer las rodillas hacia los lados (siempre que no cause dolor); o sentarse sobre los talones, si es cómodo para tus rodillas y tobillos. Cambiar de postura con frecuencia también es beneficioso.
- Ejercicios y estiramientos regulares: Incorporar ejercicios y estiramientos en tu rutina diaria puede ayudar a mejorar la flexibilidad de las caderas, fortalecer los músculos de la espalda y mantener una buena postura. Estiramientos de flexores de cadera, rotaciones de cadera, puentes y estiramientos de isquiotibiales pueden ser muy útiles. “Para aliviar el dolor lumbar, considera ejercicios como las rodillas al pecho, las rotaciones de rodilla y el estiramiento de gato-vaca, como mencionan en yoga”, comenta el experto.
Ergonomía en el entorno de trabajo: Si pasas mucho tiempo sentado en el trabajo, asegúrate de que tu espacio esté configurado ergonómicamente. Esto incluye una silla con buen soporte lumbar, un monitor a la altura de los ojos, un teclado y un ratón a una distancia cómoda y la posibilidad de cambiar de postura con frecuencia.
- Conciencia postural: Prestar atención a tu postura a lo largo del día, ya sea sentado, de pie o caminando, es fundamental. “Mantén la cabeza alineada con la columna, los hombros relajados y hacia atrás, y el abdomen ligeramente contraído”, recomienda.
Si bien sentarse con las piernas cruzadas puede parecer cómodo en el momento, su hábito prolongado puede acarrear una serie de consecuencias negativas para nuestra salud física. “Siempre la mejor guía es escuchar las señales de tu cuerpo y evita las posturas que generan tensión o dolor”, concluye el Dr. Carlos Suárez Ahedo.