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21 febrero,2025

Kijano plasma en pintura, tórrido amor con sirenas

  • El artista expone en el Museo Universitario de Cuernavaca

Clase Turista

El notable pintor mexicano Carlos Maciel conocido también por su seudónimo artístico “Kijano”, expone desde el pasado fin de semana una muestra de cuadros suyos titulada “De sirenas, diablas, diablejos y uno que otro zilicuije”, en el Museo Universitario de Cuernavaca, Morelos.

Kijano, originario de La Soledad Maciel, Guerrero, ha montado hasta ahora 160 exposiciones, entre individuales y colectivas. En el Museo Pushkin de Moscú hay obra de él formando parte de la colección de artistas internacionales; ha expuesto lo mismo en el Centro Cultural “Jaime Torres Bodet”, del IPN; el Instituto Cultural de Providencia en Santiago de Chile; Pinacoteca de la Universidad de Sinaloa; el Instituto Nacional de ciencias Médicas y Nutrición, de la Ciudad de México, y el Fondo de la Pinacoteca de la secretaría de Hacienda de México, entre otros.

De igual manera su obra se encuentra en colecciones privadas de México, Colombia, Cuba, Costa Rica, Chile, Brasil, Japón, Francia, Ucrania, Perú, Venezuela y otros países más.

La exposición que ahora se exhibe en el Museo Universitario de Cuernavaca se centra con una gran imaginación y colorido en el tema de las sirenas. “Desde muy niño –dice Kijano- oí hablar de las sirenas; a los tres años conocí a la primera en los esteros de La Calavera en la Barra de Potosí. Era trigueña, con el rostro pleno de pecas y poco elegante. Algo en su aspecto desaliñado no encajaba con la descripción que yo había escuchado. Toña “La Loca” no tenía cola de pescado, sino un par de larga y torneadas piernas…El amor y la transformación física llegaron cuando un joven hacendado tuvo el desatino de pescarla un jueves santo, día en que el sacrilegio del amor entre humano y pez le costó por designios divinos su bella y atruchada cola fuera sustituida por dos hermosas piernas…

“Después con el paso de los años fui familiarizando e intimando con estos seres extraordinarios, hasta llegar al grado del amor…Esto me ocurrió con aquella angelical sirena de los esteros de Altata, con la que sostuve un tórrido romance que terminó con las borrascas de septiembre, que, por aquellos rumbos todo lo barren y todo lo borran…hasta los enredos amorosos”

Bien vale hacer el viaje a Cuernavaca para admirar esta curiosa exposición, donde el artista no sólo vuelca su imaginación, sino su maestría en el manejo de los temas y colores.

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