- Prevalecen dólar fuerte, incertidumbre por Trump y flujos de inversión frenados
Clase Turista
El inicio de 2025 presenta un panorama económico desafiante, marcado por la consolidación de la fortaleza del dólar estadounidense, que en 2024 logró una apreciación anual del 7.1% en el índice DXY.
Esta tendencia ha ejercido una presión significativa sobre la mayoría de las monedas globales, provocando importantes depreciaciones, como el -18.5% del peso mexicano y el -21.4% del real brasileño, y complicando los retos económicos de los mercados emergentes.
En contraste, algunas monedas europeas, como el euro y el franco suizo, resistieron gracias a perspectivas de recuperación económica en la Eurozona.
China enfrenta desafíos significativos en su recuperación económica. A pesar de una serie de estímulos implementados por las autoridades, el crecimiento sigue rezagado por la debilidad en sectores clave como el inmobiliario y el consumo interno.
Esta situación ha generado tensiones adicionales en los mercados globales, afectando los flujos comerciales y las cadenas de suministro.
Adicionalmente, la posibilidad de que la nueva administración de Donald Trump implemente aranceles adicionales a las exportaciones chinas podría intensificar las tensiones comerciales entre ambas potencias, limitando aún más el crecimiento global.
El entorno global permanece marcado por conflictos geopolíticos persistentes, como las tensiones en Europa y Medio Oriente, así como la inestabilidad política en Corea del Sur, que han lastrado los mercados financieros y aumentado la aversión al riesgo.
Por su parte, en la Eurozona, los desafíos políticos y económicos siguen complicando la implementación de políticas efectivas frente a la inflación y los problemas fiscales. En este sentido, Francia enfrenta las protestas sociales y la resistencia contra reformas económicas y laborales que han generado episodios de inestabilidad; mientras que en Alemania, la fragmentación política y el debilitamiento de su liderazgo en la región complican la toma de decisiones, afectando la confianza en la recuperación económica del bloque.
En los mercados de commodities, la volatilidad y la escasez continuaron siendo tendencia en 2024 y se prevé que persistan en 2025.
Los precios del oro y la plata se incrementaron significativamente como refugios seguros, mientras que los energéticos, como el crudo WTI y Brent, cerraron al alza debido a la incertidumbre sobre la producción global y la estrategia de la OPEP+.
Adicionalmente, la desaceleración económica en China y las posibles nuevas barreras comerciales también podrían presionar los precios de los metales industriales y energéticos.
Finalmente, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca añade una capa de incertidumbre para 2025.
Sus posibles recortes fiscales orientados a estimular el crecimiento interno y su agenda energética, centrada en fortalecer la producción de combustibles fósiles, podrían generar volatilidad en los mercados de commodities y complicar las metas de transición energética global.
En este entorno de alta volatilidad, los episodios de incertidumbre seguirán afectando los flujos de inversión, los tipos de cambio y el crecimiento económico mundial.
