- Secuestro, diplomacia y muerte
- Por Carlos Ramos Padilla
Clase Turista
Ocurrió en el transcurso del 23/24 de noviembre de 1985 cuando un grupo terrorista, Abu Nidal, secuestró el Boeing 737 de EgyptAir, que se dirigía de Atenas a El Cairo con casi 100 personas a bordo. En este evento murieron la mamá y hermana de Jorge Ortiz de Pinedo. Al interior de la aeronave se transportaban unos guardias vestidos de civil que intentan evitar el plagio desatando una balacera. Los piratas criminales planeaban ir a Libia sin contar con que en combustible era insuficiente y ninguna terminal aérea en ruta aceptó su aterrizaje. Sin embargo lograron descender en la isla de Malta en el Mediterráneo. Ahí un comando armado egipcio, que no tenían la experiencia, trató de ingresar a la nave utilizando explosivos. Detonan entonces explosivos provocando un incendio al interior de la aeronave. De los 100 pasajeros 8o fallecieron incinerados. Jorge Ortiz de Pinedo por razones de tecnología y burocracia no recibió ningún auxilio del cuerpo diplomático mexicano. Su intención era llevar a Atenas, Grecia pero en una escala en Washington le informaron de la
muerte de sus familiares y entonces se dirigió a Malta. Ya en el archipiélago tuvo que reconocer el cadáver de su hermana, de entre más de 50 que se localizaban en un hangar. Los restos de doña Lupita Pallás, su madre, estaban en la Universidad, ya que habían sido previamente identificados. La ausencia de comunicación entre embajadas, la ausencia de casas diplomáticas, la nula negociación con gobiernos extranjeros, el uso horario y la apatía de las autoridades mexicanas poco o nada ayudaron a Jorge en la tragedia. Únicamente la aportación fue para el traslado de los cuerpos a México. Hace medio siglo, el arte de raptar un avión era tan sencillo como subir a bordo, decir que se estaba armado y exigir al piloto que llevara el avión a Cuba o a Argel. De un “juego’ con un significado político; poco a poco, se convirtió en un comercio, un recurso criminal Jorge es un hombre sensible, recto y muy afectuoso y tuvo la valentía de contarme los sucesos en una emisión de “VaEnSerio” en televisión. Sé y entiendo que estos momentos muy difíciles y delicados permanecen en la
memoria y alma de él. Externo un abrazo sólido a Jorge Ortiz de Pinedo y a su familia. Un generoso comunicador, afable y dedicado en su vida a hacer de sus semejantes seres de valía cargados de humor. Al paso de los años quedan estos lamentables hechos como testimonio del salvajismo que el
mundo no ha superado en su afán de poder. Vivimos a la distancia los acontecimientos en Medio Oriente y la invasión a Ucrania con armamento más sofisticado y la constante amenaza de una detonación mundial bajo el
mando de unos cuantos que usan a sus pueblos en su desmedida patología.