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15 noviembre,2024

Moody’s rebaja a «negativa» la perspectiva de calificación de México

  • Hay riesgos fiscales y económicos en el entorno del país y por el deterioro en PEMEX

Clase Turista

Por considerar que hay debilitamiento de la formulación de políticas y un entorno institucional que corre el riesgo de socavar los resultados fiscales y económicos, Moody’s Ratings modificó de estable a negativa la perspectiva de la calificación de México.

Sin embargo, la calificadora ratificó la nota en “Baa2”.

Moody’s Ratings cambió la perspectiva de México de estable a negativa, manteniendo la calificación crediticia en Baa2, debido a preocupaciones sobre un debilitamiento institucional y fiscal.

La agencia destacó riesgos asociados al deterioro de la deuda, la creciente rigidez del gasto público y la posibilidad de que las obligaciones financieras de PEMEX impacten negativamente las finanzas del país.

Moody’s explicó que el cambio de la perspectiva está motivado por una combinación de factores. En primer lugar, destaca que el déficit fiscal de México se ha ampliado en 2024, superando el 5% del PIB, lo que pone en riesgo los esfuerzos de consolidación fiscal del gobierno. Moody’s advierte que la rigidez estructural del gasto público y la falta de flexibilidad en los ingresos fiscales dificultan las medidas de ajuste.

En segundo lugar, uno de los factores clave detrás de esta perspectiva negativa es el creciente riesgo de que las obligaciones financieras de Pemex impacten las cuentas públicas.

En este sentido, la empresa estatal enfrenta problemas de liquidez recurrentes, y el gobierno ha tenido que proporcionarle apoyo financiero, lo que podría agravar la carga de deuda y los costos de intereses.

A nivel institucional, Moody’s señala que las recientes reformas constitucionales podrían debilitar los contrapesos en el sistema judicial, afectando el entorno de inversión y reduciendo la confianza de los inversionistas. Esta situación, en combinación con el potencial impacto de la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026, plantea un riesgo para el crecimiento económico proyectado de México.

Explicó que el deterioro en la asequibilidad de la deuda y la mayor rigidez del gasto público dificultan la consolidación fiscal, esto tras el aumento del déficit público observado este año de más del 5.0 por ciento del PIB.

En este sentido, argumentó que, a pesar del compromiso de reducir el déficit fiscal en los próximos años, esto se ve limitado a consecuencia de una serie de reformas implementadas o anunciadas por el actual gobierno.

Sostuvo que hay riesgos en la reciente reforma aprobada en el Poder Judicial. Dijo que tiene el potencial de alterar materialmente los controles y equilibrios, así como el entorno operativo empresarial en el país.

La calificadora recordó que su evaluación de la calidad de las instituciones en México ya es baja respecto a sus pares de calificación, por lo que evaluarán si un mayor deterioro del marco normativo y de la independencia del sistema judicial podría limitar la capacidad del gobierno para hacer frente a los crecientes desafíos crediticios.

“A su vez, más allá del debilitamiento en 2024- 2025 en las métricas de deuda del soberano, la fortaleza fiscal podría disminuir más de lo que actualmente anticipamos y pesar sobre el perfil crediticio de México”, alertó. Su escenario es que el Gobierno solo reducirá gradualmente el déficit en los próximos años.

Se explica que la carga de la deuda de las administraciones públicas de México aumentará por encima del 45% del PIB en 2025 desde el 40 por ciento en 2023 y podría seguir al alza hacia el 50% en 2027-2028 si no se produce una consolidación más material.

Además, consideró que existe una mayor probabilidad de que los pasivos contingentes derivados de Petróleos Mexicanos (Pemex) se materialicen en el balance del gobierno.

Por otro lado, Moody’s Ratings también marcó como un riesgo adicional la revisión del T-MEC en 2026, en particular si las modificaciones a la regla de origen, las especificaciones laborales y otras políticas comerciales de Estados Unidos hacia México cambiaran de manera que limiten de forma duradera las exportaciones del país.

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