- Vive la tradición del Día de Muertos de una manera única, con Civitatis, que ofrece tours especiales con transporte y acceso preferente al espectáculo
- Por Alejandra Pérez Bernal
Clase Turista
Las noches en Xochimilco tienen algo mágico, como si el tiempo y el espacio se detuvieran para permitir que lo sobrenatural y lo histórico se entrelacen en un solo suspiro. Así se siente cuando te subes a una trajinera, rodeado por la bruma, las luces tenues y el murmullo del agua bajo tus pies, sabiendo que estás a punto de vivir una de las experiencias más impactantes de la Ciudad de México: la representación de La Llorona.
Este espectáculo no es solo un recordatorio de una de las leyendas más conocidas de nuestro país, es un viaje a través del tiempo que revive el dolor y la resistencia de un pueblo. Mientras la trajinera avanza lentamente por los canales, el paisaje se transforma y el espectador es transportado a la época de la conquista. En la Laguna de Tlílac, la quietud del agua y las sombras del entorno son el marco perfecto para el despliegue teatral que está por comenzar.
De pronto, los guerreros xochimilcas aparecen. Sus atuendos prehispánicos, lanzas y tambores evocan los días de gloria y lucha contra los conquistadores. El retumbar de los tambores se siente en el pecho, resonando no solo como parte del espectáculo, sino como un eco de las luchas del pasado.
Y después de transcurrida la puesta en escena, en el climax de la represntanción, ella aparece. La princesa xochimilca, vestida de blanco, no como un simple espectro, sino como la personificación del dolor de su pueblo. Su llanto, su tragedia, te envuelven en una atmósfera de melancolía y tristeza. Estamos frente a la leyenda de una madre que perdió lo más valioso: su hijo, su pueblo, su mundo.
La representación de La Llorona en Xochimilco es un tributo al pasado, a la mezcla de culturas y a la tragedia que acompañó ese encuentro. Esta historia, más que un lamento de ultratumba, es la voz de una mujer que simboliza la pérdida y la resistencia, la memoria de un pueblo que nunca fue olvidado.
La Llorona, en esta versión, no es una figura temible. Es una madre, una mujer que simboliza la tragedia de los xochimilcas y el fin de una era.
Si quieres vivir esta bella experiencia cargada de tradición y misticismo, Civitatis es la opción perfecta. Ellos se encargan de que todo sea cómodo y sin preocupaciones, desde el transporte seguro hasta un guía especializado que te sumergirá en la historia de nuestros antepasados y en los detalles más fascinantes de la leyenda. Además, Civitatis ofrece acceso preferente al espectáculo, para que puedas disfrutar sin estrés de la mejor ubicación.
Si estás planeando asistir, Civitatis organiza tours los viernes, sábados y domingos durante toda la temporada de Día de Muertos.
La obra de La Llorona se presenta hasta hasta el 17 de noviembre, con una función especial el jueves 31 de octubre.