- Estas ciudades consideradas Zonas Azules, cuentan con habitantes longevos y mayor calidad de vida
- El Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre) es prioridad una cultura corporativa con un enfoque hacia el bienestar
Clase Turista
En un mundo laboral cada vez más exigente, la salud emocional de los colaboradores se ha convertido en un tema central para las empresas, las cuales tienen la oportunidad de aprender de las llamadas Zonas Azules: regiones del mundo donde las personas viven significativamente más tiempo y con mejor calidad de vida. Ejemplos como Okinawa, Japón y Cerdeña, Italia además de demostrar la importancia de la alimentación y el ejercicio, también resaltan el papel crucial de la salud emocional en la longevidad.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado cada 10 de octubre, es fundamental reflexionar sobre cómo estas zonas del planeta ofrecen un modelo inspirador que prioriza el bienestar emocional y puede ser adaptado por las organizaciones en México.
Una encuesta de Statista revela que 27% de las personas en México manifestó haber experimentado depresión, estrés y ansiedad en el último año (julio 2013 – junio 2024). Países como Estados Unidos y Gran Bretaña se posicionaron en 42%, mientras que Australia en 44%.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que a nivel global cada año se pierden 12,000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que equivale a un billón de dólares de pérdidas anuales para las empresas por la baja productividad.
«En México, tratamos el estrés laboral como un mal inevitable, cuando en realidad debería ser una señal de alarma para nuestras organizaciones. En MiMente nos inspiramos en los principios de las Zonas Azules, donde pequeños cambios en el estilo de vida tienen un impacto profundo en la longevidad y bienestar. Nosotros vamos más allá de reducir el burnout y creamos espacios donde los colaboradores prosperen física y emocionalmente.
“La productividad de las empresas está relacionada directamente con la productividad de su gente. Hoy, para que las organizaciones alcancen su máximo potencial es determinante invertir seriamente en la salud mental de su talento. Si no cuidas a tu equipo, ellos no podrán cuidar de tu negocio”, destaca Alberto Fernández, fundador y director de MiMente, plataforma healthtech orientada a atender la salud mental en empresas con más de 500 colaboradores.
Las Zonas Azules, un concepto acuñado por Dan Buettner, un periodista de National Geographic, resaltan por su enfoque en la conexión social, la actividad física regular y, sobre todo, la salud mental. En Okinawa, la filosofía del «ikigai» -la razón de ser- impulsa a las personas a encontrar propósito en su vida diaria. Esta búsqueda de significado fomenta relaciones interpersonales significativas y por ende, reduce el estrés y la ansiedad.
Por su parte, en Cerdeña la población en general pone énfasis en las relaciones familiares y comunitarias, lo que fortalece el bienestar emocional de las personas. Las empresas que quieran replicar estos modelos deben fomentar un ambiente que promueva la conexión entre sus colaboradores, lo que puede lograrse a través de actividades sociales, grupos de afinidad y espacios de diálogo abierto.
“Para que estas prácticas sean efectivas, es crucial que las empresas desarrollen una cultura de bienestar emocional. Esto incluye la implementación de programas que ofrezcan apoyo psicológico, así como iniciativas que ayuden a los colaboradores a manejar el estrés. Talleres de mindfulness, sesiones de coaching y acceso a profesionales de la salud mental son algunas estrategias que pueden marcar la diferencia”, destaca Alberto Fernández.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, las empresas tienen una responsabilidad: adoptar un enfoque proactivo hacia la salud emocional. Inspirándose en las Zonas Azules, pueden construir una cultura de bienestar que además de beneficiar a los empleados, también impulse su desempeño organizacional.
«El costo de la ignorancia emocional en las empresas es invisible, pero devastador. Por cada peso que creemos ahorrar no invirtiendo en salud mental, perdemos diez más en productividad, ausentismo y rotación», finaliza el fundador y director de MiMente.