- Por María Manuela de la Rosa Aguilar
Clase Turista
En este tiempo de cambios por elecciones y relevos de gobiernos en la mitad del planeta, los conflictos armados no han podido llegar a su fin, pues en lugar de lograr acuerdos para una paz que restablezca la estabilidad en el mundo, todos se empeñan en la victoria, sin importar los costos de la guerra, que ha cobrado ya miles de víctimas inocentes y miles de millones de dólares. La guerra en Ucrania ha sumado ya muchos muertos, unos 50,000 soldados rusos y 31,000 ucranianos, pero además unas 19,000 víctimas civiles (7,200 muertos y 11,700 heridos). La guerra ruso-ucraniana ha costado unos 2.44 billones de dólares, equivalentes al 2.3% del PIB mundial.
No podemos soslayar el hecho de la ofensiva ucraniana a suelo ruso el pasado 11 de agosto, con una avanzada relámpago sobre la región rusa de Kursk, un lugar emblemático, ya que ahí se libró una de las más grandes batallas de la II Guerra Mundial.
Al parecer el martes 6 de agosto las tropas ucranianas atravesaron la frontera rusa con una columna de vehículos blindados desde la región ucraniana de Sumy y aunque no es la primera vez que tocan territorio ruso, porque ya habían realizado acciones más pequeñas conducidas por voluntarios rusos; en esta ocasión la ofensiva incluyó blindaje alemán y norteamericano, tropas de infantería, artillería y equipos electrónicos, a cargo de cuatro brigadas de élite del ejército ucraniano.
Fue un asalto bien planeado y ejecutado para cortar las líneas de defensa rusas en el Sur de Ucrania para cortar el puente terrestre entre con Crimea. Anteriormente no se pudo lograr el objetivo por las previsiones de la táctica rusa con campos minados y trincheras que tenían cobertura de fuego de artillería pesada y una gran cantidad de drones.
En esta ocasión las tropas rusas lograron un ataque sorpresivo, porque además Rusia ya no contaba con el Grupo Wagner, establecido ahí. Rusia no cuenta con gran defensa al interior y su pesada maquinaria de guerra no tiene capacidad de reacción inmediata. A este respecto el mayor general retirado del ejército australiano, Mick Ryan, quien escribió el libro “La Guerra en Ucrania: estrategia y Adaptación”, señaló que esta planificación y la combinación de fuerzas demostraron un alto nivel de engaño táctico estratégico y operativo, gracias a los aprendizajes que les han dejado las experiencias de la guerra, entre éxitos y fracasos.
Los ucranianos sorprendieron a los rusos e incluso lograron tomar muchos soldados rusos como prisioneros de guerra, que posiblemente sean utilizados para intercambiarlos con los ucranianos que se encuentran cautivos por Rusia.
Ante esto el presidente Vladimir Putin se quejó de que Kiev perpetró una provocación a gran escala, puesto que los ucranianos continúan su avance hacia el Kremlin, aunque Rusia ha dicho que la embestida ha sido derrotada. Para Rusia la incursión no ha sido de grandes magnitudes, ya que fue de menos de 34 kilómetros, sin embargo The Economist reportó que entraron en unos 350 kilómetros.
Hay que señalar que EEUU todavía no autorizaba el uso de su artillería ni de los misiles ATACMS, que respaldados por los F-16 que recientemente adquirió Ucrania, son capaces de impedir cualquier contraataque ruso; sin la autorización norteamericana, las fuerzas ucranianas se verían obligadas a retirarse antes de tiempo. Pero si la intención de Ucrania era la de alterar y desmoralizar a las fuerzas rusas y distraerlas de otras partes del frente oriental, llevan ventaja, porque además, ha sido un golpe propagandístico que alienta a sus aliados de Occidente. Sin embargo, deben ser realistas, ya que Rusia cuenta con una gran ventaja táctica, manteniendo bajo control una buena parte de los territorios invadidos y puede enviar reservas suficientes sin mermar sus unidades en el frente de Dombás.
Antes de esta incursión en Rusia, las noticias sobre la guerra escaseaban y las que había graban en torno a la debilidad de Ucrania, que se veían sola y con cada vez menos apoyo de EEUU y la UE y lo que se vislumbraba era la pérdida de más territorio, sobre todo con el acercamiento de Putin con los grandes líderes de Oriente, sobre todo de Corea del Norte y China, con quienes se sospecha hubo un pacto de ayuda militar que aún no se hace patente.
El pueblo ucraniano ha mostrado al mundo una gran valentía y coraje, reviviendo ese espíritu patriótico que parecía perdido en medio de la gran globalización; y considerando la importancia de la opinión publica mundial en el conflicto este movimiento ha favorecido a Ucrania, que logra nuevamente posicionarse en la agenda mundial.
Ayer lunes 12 de agosto del 2024 el comandante de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Sirski, anunció que el ejército ucraniano tiene bajo su control 1,000 kilómetros cuadrados de territorio ruso, por la incursión en el óblast fronterizo de Kursk de la semana pasada. El presidente Volodímir Zelenski, en una reunión de gabinete de este lunes 12 habló sobre dichas acciones defensivas en el frente y las operaciones de incursión en Rusia, donde el ministro del interior y otros funcionarios recibieron instrucciones para desarrollar un plan humanitario en el territorio de la operación, donde se dijo que los combates continúan, aunque la situación está bajo control. El gobernador en funciones de Kursk, Alexéi Smirnov, señaló que las tropas ucranianas controlan 28 localidades en las que viven en total unas 2,000 personas y han sido evacuadas, además de unos 120,000 civiles de las zonas próximas al frente; informó también que las tropas ucranianas han penetrado a unos 12 kilómetros en una franja de 40 kilómetros de ancho.
De acuerdo con esta información, es de destacar la actitud del gobierno ucraniano con la población, de un total respeto por su integridad, considerando que han manifestado la puesta en marcha de un plan humanitario en la zona que tienen bajo su control. Esta decisión no sólo muestra su respeto por los derechos humanos, sino la visión de largo alcance que no sólo es una muestra del nivel de su estrategia de propaganda, sino de un sentido de liderazgo y cuidado de la buena imagen del gobierno ucraniano que definitivamente influirá en la opinión pública mundial