- Esperaba más de Xóchitl
- Por Carlos Ramos Padilla
Clase Turista
En semanas Xóchitl Gálvez se ha convertido en un referente mundial. Es un personaje que ha llenado espacios periodísticos y mesas de café.
Se le menciona y se le evalúa. Una mujer que llegó a estos niveles por accidente, ella misma ha reconocido que no pensaba estar donde está.
Ha ganado simpatía, reconocimiento y confianza. Deja ver que tiene todas, todas las posibilidades de ganar, la tarea está en nosotros, en darle el voto.
No obstante, siento que pudo haber demostrado más en el mal llamado debate. Tenía los elementos le faltaron los argumentos. Insisto, tiene que entender que está buscando ser Jefa de Estado y ella debe ser el polo de atracción no su bicicleta.
Eso es ridículo. Si quiere ser estadista que se suba a ese pedestal. Llegó al debate nerviosa, tímida y reconozco fue ganando espacio y terreno.
Sin embargo, se suponía estaba preparada para el evento. No es justificación su nerviosismo porque de llegar a la presidencia quiero ver a una mujer empoderada, segura, con control de emociones. No debe mostrar debilidad ante una crisis social, económica o política. Tendrá que sostener duros encuentros con líderes mundiales y no puede llegar con las rodillas temblorosas. Xóchitl tiene que mostrar coraje, carácter, temple, dominio, poder. Ni llegando en bici ni aventando pañuelitos blancos o reiterando que Claudia es fría y sin corazón nos va a convencer. La realidad, la que vivimos y sobrevivimos le da herramientas para arrinconar, cuestionar y exigir respuestas. En cada tema se ve el terreno fértil para desnudar las falsedades y mentiras de sus opositores. Lo dije, ojalá muestre sentido del humor, no lo logró. No entendí si sostener la bandera nacional de cabeza fue estrategia o error, pero fue capaz de recordarnos al símbolo más representativo de nuestra identidad.
Nadie lo había hecho. Le faltó defender más a nuestras Fuerzas Armadas, a nuestras instituciones, a la UNAM, y subrayar los enormes pilares que nos dan fuerza como nación. Sí, es necesario enfrentar y desnudar las pifias del gobierno. Sheinbaum es la represéntate de un gobierno mentiroso, abusivo, corrupto, responsable de miles de
muertes, omiso, negligente y rodeado de corruptos (así y en diferentes etapas los ha acusado AMLO -la mafia en el poder- que ahora los tiene bajo su protección). Xóchitl tenía que ser
muy dura en su avalúo de la diplomacia errática, fallida y vergonzosa y no quedarse con la torpe expresión inicial de Sheinbaum sobre Ecuador. Ese conflicto es gravísimo y muy delicado como para tratarlo mediáticamente en 5 segundos. Xóchitl no sé si ganó o perdió el debate no me dedico a esos menesteres, pero si logro que AMLO se enojara, reclamara públicamente que no se lucieron sus logros de gobierno. Xóchitl con tribuna o sin esta le rompe
la agenda al tabasqueño y le gana la partida: Sheinbaum
no es corcholata es tapadera. Se necesita una Xóchitl más íntegra que deje las majaderías. Debe empeñarse en superar a quienes no han tenido el privilegio de la educación no comportarse como improvisada de barrio, los navajazos a las piernas y por detrás los tira Sheinbaum a eso está acostumbrada, Xóchitl no debe caer en ello. La sonrisa no es su enemiga, ser cortés la
magnífica, ver directa a los ojos a su interlocutor le da potencia. Qué gesticule, se mueva, tome y llene el recinto. Quizá las cartulinas sobren, las palabras son más poderosas. El dominio del mundo ha sido con el verbo. Churchill, Kennedy, Luther King, Merkel, Bukele, Gandhi, Macron, Obama, Juan Pablo, Diana Spencer, incluso hasta Putin, los enormes líderes, los que dejan huella, de los que hay que aprender no lo hacen profiriendo leperadas y majaderías. Los mensajes educados penetran y llegan incluso a los niños. Hay que defender los valores, el civismo, el respeto, la unión. Destacar a los prohombres y mujeres que hacen grande a la patria. Los héroes, los de vanguardia, los emprendedores. Vamos en pocas palabras debatir con Sheinbaum no vale el que se ponga nerviosa.