- A RECUPERAR
- CARLOS RAMOS PADILLA*
Clase Turista
A la firma del Tratado comercial con Europa, allá en Portugal, el expresidente Zedillo me presumió que dejaba una economía sólida y en crecimiento que aguantara hasta tres años después de su gobierno. Lo comparo con una locomotora que no podrían detener su inercia.
Y así ocurrió durante el mandato de Fox. El de Guanajuato se encontró con finanzas sanas y un país acomodado en la estabilidad.
Hoy, la situación es dramáticamente opuesta. Si bien algunos impactos de la macroeconomía, empezando por las remesas, registran índices positivos, el país se hunde en la inflación y la deuda. El próximo gobierno, sin importar quien lo encabece, se obligará a reconstruir el tejido social, la dinámica económica y sobretodo proponer cambios sustantivos y reales en la seguridad. No tiene que haber preferencias porque ahora las consecuencias de estos tres renglones lo pagan los vulnerables, los pobres, los enfermos, los ancianos y en aspectos de educación y seguridad, los jóvenes.
Seguir y continuar con las deferencias de género impuestas por Fox con aquellos de “chiquillos y chiquillas”, “mexicanos y mexicanas” determina divisionismos injustos que han dividido a la sociedad con esquemas, incluso violentos, como el feminismo extremo o la modalidad hasta de modificar el lenguaje para crear seres diferentes con la terminación “e”.
La polarización alcanza niveles de agresión física inusuales por la insatisfacción generalizada. No tenemos el país que merecemos ni por el que trabajamos. Es ridículo que se nos compare con Dinamarca, cuando la misma Guardia Nacional, con tolerancia oficial, ataca y extorsión a los particulares, solamente como ejemplo. Cuando la imposición del uso de suelo ya no es aleatoria, es general. Cuando el gobierno miente una y otra vez y compra a los pobres con programas asistencialistas que nos convierte en una sociedad de limosneros.
El costo de mantener proyectos que inconclusos, inviables dejan ver a un gobernante imperial y necio aventándonos al subdesarrollo y engañándonos con la idea de que México será competencia mundial no por las matemáticas sino por un aeropuerto de techo de asbesto barato o un tren turístico que devastó nuestras reservas forestales.
Nuestro país está sembrando más cadáveres que nutrientes. Las obras públicas no sirven para auxiliar a los damnificados de Acapulco sino para congraciarse regalando un tramo carretero en Baridaguato.
En México hay desbasto de medicamentos porque la preocupación por mantener un liderazgo falso invita a AMLO a regalar petróleo y tractores a Cuba.
Pero es el retrato de un hombre que vive en la simulación y la contradicción. Dice representar a los pobres y vive en un Palacio; dice odiar a los conservadores pero inaugura trenes que impulsó Porfirio Díaz; dice viajar con humildad y su familia presume abundancia; dice creer en la crítica que sostuvo como activista toda la vida pero persigue a los comunicadores; dice amar al pueblo bueno, pero vive tras las rejas, vallas y soldados.
Ahora tenemos un tren que transportará a los turistas a los balnearios donde las balaceras son cotidianas. Tabasco, su tierra natal, arden en la violencia y no queda claro por qué García Harfuch huyó del país.
Del retraso, del estancamiento, de los abusos, corrupción y degradación, al país le falta mucho, pero mucho tiempo y talento para salir adelante.
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio