- Entre 2018 y 2022 fue 4.6% mayor en términos reales y mejoró la distribución
- Aumenta ingreso del segmento con menos estudios y baja el de adultos mayores
- Por Gerardo Flores
Clase Turista
El ingreso de los hogares en México recuperó lo perdido entre 2018 y 2022, ya que fue 4.6% mayor en términos reales, al tiempo que mejoró también la distribución del ingreso.
Las cifras del INEGI revelan que las transferencias del gobierno a los hogares aportan más de la mitad (57%) del ingreso total, pero de acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) los ingresos por programas sociales fueron regresivos, y no beneficiaron más a quienes más lo necesitan.
En su más reciente análisis sobre el tema, el análisis empresarial detalla que el mayor crecimiento del ingreso se observa en el grupo de 12 a 19 años de edad y existe una clara caída en el de adultos mayores.
Asimismo, es evidente que los ingresos de personas con menos nivel educativo o quienes han cursado hasta la primaria aumentaron de forma sensible, mientras que cayeron los de preparatoria, profesionales y posgrado.
El CEESP acusa que el gasto de los hogares refleja dos aspectos de regresividad, porque la población destinó más recursos a la salud y el consumo de alimentos, bebidas y tabaco tuvo un impacto inflacionario de 12%.
Se aclara que el ingreso promedio trimestral monetario por grupos específicos entre 2016 y 2022, resaltan dos puntos para los que no hay explicación clara, porque el mayor crecimiento de los ingresos en promedio se da para el segmento de 12 a 19 años (20.9% contra el general de 9.6%), mientras que el grupo de adultos mayores (60 años y más) decrece 13%.
Asimismo, los ingresos para quienes han cursado, total o parcialmente, hasta la primaria aumentaron 34% entre 2016 y 2022, 34%, mientras que los grupos con preparatoria, estudios profesionales y posgrado cayeron -1%, -14% y -34%, respectivamente.
La Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) indica que en 2022 el gasto corriente monetario promedio trimestral fue de 39,965 pesos, 2.1% mayor respecto al 2018., sin embargo la evolución de la mayoría de los rubros en ese periodo no manifestó grandes cambios de tendencia.
GASTOS EN SALUD SUBEN 30.9%; ALIMENTOS BEBIDA Y TABACO, 12%
Lo evidente es que hay un aumento de 30.9% en el gasto de los hogares en cuidados de la salud, que naturalmente afecta más a los hogares de menores ingresos y a los que carecen de cobertura por parte del IMSS o ISSSTE.
Para el CEESP esto no sorprende, porque el sistema de salud ha sido objeto de diversas políticas improvisadas y desinformadas que han generado una menor cobertura en la provisión de servicios, debido a la sustitución del seguro popular por un INSABI sin la capacidad necesaria, y una escasez de medicamentos al intentar en varias ocasiones la centralización en el gobierno federal de la compra y distribución, que requieren de conocimiento y experiencia especializadas.
Otro factor de regresividad es la inflación que se ha acentuado particularmente en alimentos, bebidas y tabaco, en el que los hogares de menores ingresos gastan la proporción más elevada . Su precio, relativo al nivel general de precios, aumentó 12% entre 2018 y 2022.
Aun cuando la recuperación de la economía ha sido lenta, su crecimiento desde 2018 a la fecha es 1.2% aproximadamente y la reducción del ingreso per cápita ha sido pronunciada (alrededor de 5.0%), el ingreso de los hogares ha recuperado lo perdido en este periodo.
OTROS DATOS
En 2022 el promedio nacional de integrantes del hogar cayó de 3.6 a 3.43 personas respecto a 2018; de ellos, los que perciben ingresos pasó de 2.38 a 2.25; y los ocupados por hogar disminuyeron de 1.7 a 1.65.
Para el CEESP, los resultados obtenidos no benefician más a quienes más lo necesitan, probablemente porque los padrones de beneficiarios no están bien hechos y señala que es injustificable que los programas sociales no muestren progresividad alguna en ningún tramo de ingreso.
Se agrega que los programas sociales actuales son asistenciales y aunque benefician a los hogares que los reciben, en su mayoría carecen de incentivos para romper el ciclo de perpetuación de la pobreza y han beneficiado más a quienes los necesitan menos.
La regresividad en el efecto de los programas sociales sobre los ingresos se aprecia también en términos de su cobertura, ya que en 2018 el 28% de los hogares se beneficiaron de dichos programas gubernamentales y en 2022 aumentó a 34%, pero el porcentaje de los hogares que los recibió en los dos deciles más desfavorecidos cayó mientras que el de los dos de mayores ingresos se incrementó.