- Ángel
- Por Carlos Ramos Padilla*
Clase Turista
Ángel Gurria Treviño es un personaje de honor y de honra. Ha dado un espacio importante al país para alimentar presencia en el mundo. Ángel es brillante y muy reconocido en el planeta. Políglota, culto y de buen humor. Sabe de historia y conoce la biografía de personajes clave en el mundo con quienes ha negociado.
En estos días él y a otros se les presiona con requisitos poco alentadores para poder contender a una precandidatura y luego del filtro de 150 mil firmas apenas ser considerado. Para muchos puede ser el favorito y el personaje que México necesita. Tiene enfrente a figuras muy experimentadas también como Beatriz Paredes, Santiago Creel, Claudia Ruiz Massieu o Enrique de la Madrid, gente disciplinada, de resultados y que sólo se les puede señalar por haber trabajado en una Administración y Gobierno distinto a Morena.
Ángel presenta cartas credenciales inigualables, pero parece que eso no interesa a los partidos políticos, quieren moverse por intereses de grupo y trámites innecesarios. Ángel habla de proyectar a México a niveles de países desarrollados porque como titular de la OCDE sabe los mecanismos y las mejores negociaciones, las que convienen.
Tiene contacto con quienes están modificando la dinámica internacional. Ángel es cauto, no ataca, no es estridente, razona, debate, comparte. Eso preocupa a los opositores de dentro y de fuera porque no pueden arrebatarle los triunfos y tienen muy poco espacio para tratar de desacreditarlo.
Pero Ángel es una persona que no está dispuesta a someterse a manipulaciones y engañifas, habla de frente y exige ese trato. No tiene andamios con truco, no está preparado para eso. Ángel se está enfrentando a combatir ni con la inteligencia de los demás, sino a ejercicios mediáticos, de encuestas, de cumplir con cuotas de simpatizantes. Esas tribunas no le corresponden ni merece como tampoco, repito, otros aspirantes al cargo político más importante del país. Los dirigentes partidistas tienen la obligación de subir la mira, de exigir propuestas creíbles, de respetar lo ganado con esfuerzo. Ángel no requiere de “selfies” baratas para hacer creer que el pueblo lo quiere.
No necesita de rémoras que le abran camino, sabe posar firma mientras abre caminos. Es verdad, está en una encrucijada, en otros tiempos era el presidente en turno quien determinaba a su sucesor, desde la cúspide salía la decisión. Hoy Ángel, y todos, esperan el ánimo y el humor de “alito” así con minúsculas o las imposiciones de Marko con sus cuotas de poder o de “los chuchos” que se prenden de algo para no perder el registro del Sol Azteca. Juegan a la ruleta merenguera y con eso piensan consolidarse para ganar el 2024. Los enormes reconocimientos internacionales, en el caso de Ángel, se los quieren reducir a un montón de firmas por registrar. Para algunos podría resultar cómodo este sistema: algunos han sido gobernadores y pues a mover grupos para juntar a los adeptos. Ahí si le entran. Pero quienes han dedicado su vida a trabajar en iniciativas de gobierno como estadistas y no se han dedicado a mover masas evidentemente presentan una desventaja y nuestro país una angustiante pausa para saber si nos vamos por talentos o por improvisados gritones.
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio.