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25 noviembre,2024

Entresemana

  • Si no me quieres para qué me quieres
  • Por Moisés Sánchez Limón

Clase Turista

 

O lo que es lo mismo: Te odio y te quiero/ Porque a ti te debo/ Mis horas amargas/ Mis horas de miel…

 

Con el fondo del requinto y la voz de Julio Jaramillo. Un bolero de 1959 del siglo pasado que el cantante ecuatoriano hizo un exitazo, de esos que dejan huella. ¿A poco no?

 

Ya ve usted como soy de cursi.

 

Y más cuando me llaman conservador y machuchón o camaján por haber ido a la concentración del pasado domingo 26 de febrero al Zócalo para alzar la voz en defensa del INE y de la libertad de los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que resuelvan sin presiones las acciones de inconstitucionalidad solicitadas contra el Plan B de la reforma electoral.

 

¡Caray!

 

Me pregunto: ¿por qué desplegar a reporteros afines a la 4T en busca del traspié, del negrito en el arroz para generalizar y asegurar a pie juntillas que la concentración de miles de ciudadanos fue una farsa y ejemplo del acarreo fifí?

 

Fíjese, por ejemplo al cincuentón culto y honesto Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (a) SPR, convertido en moderno Catón dispuesto a censurar a sus colegas y a los ciudadanos que piensan diferente a él por el simple y constitucional hecho de ejercer su libertad de expresión.

 

O, bueno, ahí tiene usted al honesto Mayito Delgado que se alzó en juez calificador e insultó a quienes colmaron el Zócalo de la capital del país, amén de haber celebrado concentraciones y marchas en el interior de la república.

 

¿En serio, en serio, somos una amenaza? ¿Para quién?

 

Mire usted, visiblemente encabronado, el licenciado Mario Delgado sostuvo que esta concentración “quienes la encabezan, quienes la convocaron, en realidad quieren regresar al pasado, un pasado corrupto, donde podían cometer fraudes electorales, manipular el voto para favorecer sus intereses y, sobre todo, en el que podían saquear a nuestro país”.

 

O sea.

 

Qué le digo. Entonces, diputados y senadores de Morena y de pasadita del PT y eso que llaman Partido Verde Ecologista llegaron al Congreso de la Unión en los comicios federales de 2018, de acuerdo con el concepto de Delgado, mediante fraude y manipulación del voto.

 

Y, bueno, entonces el licenciado presidente estaría en la condición de espurio porque su triunfo en las urnas fue reconocido por un corrupto y fraudulento Instituto Nacional Electoral.

 

Pero el itamita Delgado Carrillo se despachó con la cuchara grande y, en ese delicado ejercicio de la descalificación con sus etcéteras, dijo que el movimiento que se manifestó en el Zócalo antes del mediodía del domingo último de febrero, “tiene como pantalla lo del Plan B de la Reforma Electoral.

 

“Pero lo cierto es que, no es una marcha (de) la ciudadanía, es una manifestación de la derecha en contra de la transformación que se está viviendo a nivel nacional, en 22 estados y en un sinfín de municipios. Ese es el fondo, lo demás es la excusa. Gritan “el INE no se toca” pero en realidad piensan “García Luna y Felipe Calderón no se tocan”, “la corrupción no se toca”, “el influyentísimo no se toca”…. Citó en su cuenta de twitter.

 

¡Recórcholis Kalimán!

 

¿Soy de derecha? ¿Quiero regresar al pasado?

 

Bueeeno.

 

Pero, pero…

 

No creo que la señora clasemediera que bajó en la estación del Metro Bellas Artes con sus dos hijas sea golpista ni machuchona ni mucho menos de derecha.

 

¿Será que mis amigos a quienes saludé en el Zócalo son todo eso que dice el licenciado Delgado? Sí, el licenciado Delgado Carrillo, a quien se señala corresponsable del enorme saqueo que hubo con la Línea 12 del Metro.

 

Además, dígame usted si tengo o no razón cuando pregunto, al aire, en Radio Expresión México, cuánto darían los próceres de la 4T por contar con estos mexicanos que no piden torta ni frutsi y mucho menos un quinientón por sumarse a las marchas oficialistas, como la convocada para el próximo 18 de este mes, aniversario de la Expropiación Petrolera, con el fin de llenar el Zócalo con un chingamadral de gente dizque convencida hasta el tuétano de las promesas de la 4T.

 

Pero no, ahí los tiene usted odiando a los fifís, a estos canijos conservadores y neoliberales, aspiracionistas y vende patrias que no se conforman con un par de chanclitas y unos pantaloncitos de Mixcalco.

 

Dice el licenciado presidente –o sea, Su Alteza Serenísima—que quienes nos manifestamos el domingo en el Zócalo estamos en todo nuestro derecho de hacerlo, pero luego aseguró que, en realidad no fuimos a defender al INE, ¡nooo!, fuimos a defender al ingeniero García Luna y al licenciado Felipe.

 

Y nos maltrató rete feo. Lea usted.

 

“Están en su derecho de manifestarse y qué bueno porque así dejan de simular porque aparentaban ser independientes, progresistas, liberales y son conservadores rancios y corruptos”.

 

¿Rancio?

 

¡Cáspita!

 

Pero si no nos quiere la 4T y nos zarandea de fea manera, por qué la importancia de estas movilizaciones.

 

¿Por qué madrear a la clase media? ¡Total!, nomás con no hacernos caso y punto. Pero…

 

Lo cierto es que ya nos convertimos en la pesadilla que le quita el sueño al licenciado presidente y a su círculo cerrado, a quienes, éstos sí, no quieren perder lo que han logrado al apropiarse del poder y cometer pendejada y media con ánimo depredador.

 

¿Se acabó la corrupción? ¿Ya no hay ladrones en el gobierno federal ni en el estatal o el municipal?

 

La realidad golpea todos los días, ofende por insultante en esos estancos de impunidad, en esa violencia que se respira apenas pone uno el pie en la calle o viaja en el transporte público, o conduce en su automóvil lo mismo en Lomas Altas, San Pedro Garza o cualquier colonia y barrio de postín y más en tratándose los populares, como ese de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde cinco jóvenes fueron masacrados.

 

¿Y sabe usted qué es lo más insultante?

 

Que haya mercenarios del periodismo, como un tal Carlos Domínguez “de Nación 14” que, en el perverso ánimo de defender a los militares aseguró que los cinco jóvenes masacrados formaban parte de un cártel y se enfrentaron a los soldados.

 

¿Sabría este mercenario que la propia Secretaría de la Defensa Nacional reportó que los jóvenes no iban armados?

 

Sí, sí, señoras y señores, por eso el encabronamiento social está en ascenso. Y habrá más movilizaciones porque la democracia está en riesgo cuando se tuerce el brazo a la ley y se escinde a la sociedad.

 

¿Soy de derecha y machuchón? Si no me quieres para qué me quieres. Digo.

 

sanchezlimon@gmail.com  www.entresemana.mx   @sanchezlimon1

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