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23 noviembre,2024

Textos en libertad

  • Entregan premios a la resistencia
  • Por José Antonio Aspiros Villagómez

 

Clase Turista

 

 

 

Al cumplirse cien años de la muerte del anarquista, socialista, activista, periodista, escritor y filósofo mexicano Ricardo Flores Magón, las organizaciones que cada año otorgan el Premio México de Periodismo que lleva el nombre de ese personaje, decidieron galardonar a varios comunicadores que han cumplido 50 o más años de ejercicio profesional, además de los 30 elegidos por un jurado como los mejores entre los que se inscribieron por géneros y medios.

 

El oaxaqueño Flores Magón, precursor de la Revolución mexicana y fundador junto con su hermano Jesús del periódico Regeneración, nació el 16 de septiembre de 1873 y falleció el 21 de noviembre de 1922 en Kansas, Estados Unidos, y en su honor se otorga el Premio México, que este año será el 2 de diciembre durante la asamblea conjunta de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex) y el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (Conalipe).

 

El premio por trayectoria lo recibirán 32 periodistas de 16 entidades del país, con un desempeño de entre 50 y 71 años de labor en los medios de información (nuestro agradecimiento por estar en la lista), y por ello podemos considerar que será también una recompensa a la resistencia (esta vez no al mejor trabajo), ya que la nuestra es una actividad que, aunque siempre con gusto, se realiza bajo mucha presión, la cual provoca estrés y el correspondiente daño a la salud.

 

Por eso creemos que, si bien es importante llevar la cuenta de periodistas asesinados a causa de su labor informativa, reclamar que se haga justicia y exigir que funcionen las medidas preventivas y de protección, las organizaciones gremiales también deberían velar y abogar por la salud física y mental de los comunicadores. Lo que se ha hecho no es suficiente.

 

El estrés es ese sentimiento de tensión física o emocional que deriva en enfermedades y casi invariablemente afecta a los periodistas, y no es privativo de quienes realizan la función reporteril; también impacta en los que tienen responsabilidades de mando en medios informativos y áreas de comunicación social, o trabajan en mesas de redacción o de manera independiente, ya que también se produce por las exigencias que uno mismo se impone.

 

De manera particular es importante dar auxilio psicológico a tantos reporteros que han sido amenazados de muerte o agredidos y viven con temor, o que incluso han tenido que emigrar a otras entidades o al extranjero para proteger su vida y la de su familia.

 

Sólo para ejemplificar otro nivel, el de los mandos medios, en los años 90 cuando tenía un sinnúmero de responsabilidades y todas eran “para ayer”, este tecleador terminó en manos de un psiquiatra del IMSS porque el ansiolítico que le recetaba el médico de la empresa (Notimex) no era suficiente; y en el recién terminado noviembre dejamos de escribir todo el mes, debido a un cansancio mental por presiones autoimpuestas.

 

Pero nuestra sugerencia a las diversas organizaciones que agrupan a periodistas es por el gremio en general, para que se interesen en impulsar o gestionar con las instituciones de seguridad social, programas de salud que atiendan con eficacia lo que debería hasta ser considerado como una enfermedad profesional para todos los efectos.

 

A mediados de este año la Presidencia de la República emprendió y costeó un programa de afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social, destinado a periodistas independientes o que trabajan por cuenta propia, y se creó un comité consultivo donde participan cinco destacados reporteros, pero que luego de hacer un censo de beneficiarios, sólo sesionará cada seis meses.

 

La reportera Fernanda Tapia, integrante de ese comité, publicó  que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, hay más de 14 mil personas dedicadas al periodismo en México, de las cuales más de seis mil carecen de seguridad social y no todas califican para el plan del IMSS. Por ello, además de atender los casos de homicidios de periodistas a causa de su labor informativa, hay que hacerlo con los vivos y su salud.

 

Eso, a reserva de pugnar por la normalización de sus condiciones laborales, y es una tarea que deben asumir las agrupaciones gremiales. Ya lo comentaremos. (Concluirá).

 

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