- Efemérides
- Por José Antonio Aspiros Villagómez
Clase Turista
Son a nuestro juicio dos las cunas de la Independencia de México en 1810: Querétaro, donde se organizó la conspiración, y Dolores, de donde partieron los insurgentes a la lucha armada una vez descubiertos por el gobierno virreinal.
Como en cada hecho patriótico destacado, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) publicó este jueves 15 en el Diario Oficial de la Federación los datos alusivos a tan importantes episodios.
Y porque el INEHRM no lo menciona, habría que aclarar que fue durante alguno de los periodos presidenciales de Porfirio Díaz cuando la ceremonia del Grito se instituyó en la noche del 15 de septiembre y la Campana de Dolores fue trasladada al Palacio Nacional para hacerla tañer durante ese acto cívico.
Lo que sigue, es la información histórica difundida por el INEHRM, que además explica que, por ser día de fiesta y solemne para la Nación, la Bandera Nacional debe izarse a toda asta:
AMBIENTE PROPICIO
En medio del vacío de poder propiciado por la invasión francesa a España, el cautiverio del rey español y la ausencia del cuerpo soberano, a partir de 1808 proliferaron las iniciativas novohispanas para proponer la participación y la representación política en los asuntos de gobierno. Las posturas oscilaron entre los procedimientos legalistas y autonomistas y la rebelión contra el poder constituido.
Miguel Hidalgo y Costilla, párroco del pueblo de Dolores, Guanajuato, convocó al pueblo para levantarse en armas contra la opresión política, la desigualdad social y a favor de la independencia de las provincias novohispanas, la madrugada del 16 de septiembre de 1810.
En su arenga, Hidalgo expresó: “Compatriotas: no existen ya para nosotros ni el rey ni los tributos… Llegó el momento de nuestra emancipación; ha sonado la hora de nuestra libertad… Pocas horas faltan para que me veáis marchar a la cabeza de los hombres que se precian de ser libres…”.
La lucha iniciada por Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fue continuada por otros líderes como José María Morelos, Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo, Pedro Moreno, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, y por miles de hombres y mujeres, quienes arriesgaron y ofrendaron su vida por un país libre e independiente.
CELEBRACIONES TEMPRANAS
La conmemoración de este acto fundacional inició en 1812, cuando Ignacio López Rayón, al frente de la Suprema Junta Nacional Americana de Zitácuaro, conmemoró esta fecha en Huichapan, como día de fiesta nacional.
A su vez, Morelos, en el punto 23 de los Sentimientos de la Nación señaló que debía solemnizarse el 16 de septiembre: “como el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó, pues en ese día fue en el que se abrieron los labios de la Nación para reclamar sus derechos y empuñó la espada para ser oída, recordando siempre el mérito del gran héroe el señor don Miguel Hidalgo y su compañero don Ignacio Allende”.
Durante el gobierno de Guadalupe Victoria, primer presidente de la República, se reconoció el 16 de septiembre como la fiesta nacional por excelencia. La celebración de esa fecha cívica no se ha interrumpido desde entonces, ni siquiera cuando el país estuvo en guerra contra Estados Unidos, o durante la resistencia republicana contra la Intervención francesa y el Segundo Imperio.
Inclusive, Maximiliano visitó la villa de Dolores, Guanajuato, para conmemorar ahí la Independencia de México.
EL GRITO DE LOS GOBERNADORES
Con el paso del tiempo se consolidó la práctica de conmemorar el inicio de la Independencia con una fiesta popular la noche del 15 de septiembre, en que se arenga a la multitud desde el balcón de Palacio Nacional, repican las campanas de catedral y se da inicio a una fiesta popular que continúa el 16 de septiembre. En 1896 se agregó como nuevo elemento conmemorativo la Campana de Dolores.
Durante el proceso revolucionario, los distintos gobiernos también conmemoraron el Grito de Dolores. En 1940, el presidente Lázaro Cárdenas conmemoró la noche del Grito en la villa de Dolores, Guanajuato; aquella fue la primera vez que un presidente encabezaba la ceremonia cívica en la Cuna de la Independencia Nacional.
A partir de entonces, todos los presidentes de México han repetido este acto, en el lugar original donde Hidalgo y los primeros insurgentes iniciaron el movimiento libertario del cual emergió el país que habitamos.
Esta información fue compartida para su divulgación por el licenciado Jorge A. Ravelo Reyes, antiguo funcionario de la Secretaría de Gobernación, quien tuvo a su cargo precisamente el área encargada de atender el cumplimiento de la Ley de la Bandera, el Escudo y el Himno Nacionales. Su padre, el periodista Carlos Ravelo y Galindo (1929-2022), comenzó la difusión de estas fichas históricas del INEHRM a través de su columna En las Nubes.
Esa ley fue promulgada durante el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando fueron entregadas a cada entidad del país réplicas de la Campana y los gobernadores en turno la hacen tañer cuando dan el Grito desde su correspondiente Palacio de Gobierno.
Para el tecleador es un día de emoción especial, porque su nieta pasante de sociología Karla Paola Jácome Aspiros, formó parte de la colonia mexicana en Países Bajos que dio el Grito en la sede de la embajada en Ámsterdam.